Cuatro activistas –dos hombres y dos mujeres– de Greenpeace burlaron ayer las extremas medidas de seguridad del aeropuerto londinense de Heathrow y subieron al fuselaje de un Boeing 777 de British Airways. Allí, desplegaron un cartel en protesta por los planes de ampliación de la terminal aérea. “Sí, hemos descubierto un agujero de seguridad de Heathrow, pero lo más importante que hicimos fue exponer las grandes fallas de las políticas del premier Gordon Brown contra el cambio climático”, señaló en un comunicado de prensa la organización ambientalista. “Emergencia climática-No a una tercera pista”, indicaba la pancarta desplegada por el pequeño grupo de ecologistas, que fueron detenidos tras una hora de manifestación. Ana Jones, una de los intrépidos manifestantes, relató que abordó el avión tras esperar a que desembarcaran todos los pasajeros, “porque el planeta y la gente que viven en él están en peligro”.