De los flamantes departamentos de Parque de las Victorias, en total 128, unos 75 fueron adjudicados por orden judicial a otras tantas familias que hace siete años fueros desalojadas de la villa La Dulce. Fue en el 2001, cuando unas cien familias se asentaron en un terreno privado, ubicado al lado de lo que fue una fábrica de chocolates, en el Bajo Flores. De ahí el nombre de la villa.

Hubo un juicio de desalojo y un desalojo con represión. Las familias quedaron durante semanas acampando en la calle, hasta que celebraron un acuerdo con el gobierno porteño, en ese entonces a cargo de Aníbal Ibarra: se firmó un acta con un compromiso de solución habitacional.

Pasó un año y el compromiso ni empezó a cumplirse. Por eso, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) presentó un recurso de amparo que fue admitido por la Justicia. De esa manera, el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) tuvo que destinar parte de las viviendas que construía para las familias demandantes.

El fallo es de 2002. El IVC tardó seis años en otorgar la solución a las familias. No le quedaba otra alternativa: el juez había embargado las partidas presupuestarias, que no podían ser utilizadas para otro fin. Así y todo, la construcción llevó seis años. Mientras tanto, las familias estuvieron alojadas en hoteles o recibieron subsidios para procurarse alojamiento hasta tanto se concrete la solución habitacional.

Ahora deberán convivir con sus nuevos vecinos, los de la Villa 20. A familias de ese barrio le serán adjudicadas las 53 viviendas que aún no fueron ocupadas. Esos vecinos están en alerta ya que desconfían de los métodos del IVC para realizar las adjudicaciones.