Muchos expertos y funcionarios sostienen que el problema de la “inseguridad” en La Cava va a comenzar a solucionarse cuando el barrio se urbanice, se abran las calles y las viviendas sean dignas. Más allá de los dichos, poco se ha avanzado en el tema, aunque el primer proyecto de urbanización fue presentado el 16 de diciembre de 1974, cuando la ex Obras Sanitarias, dueña original del lugar donde está asentada La Cava, acordó su venta a la Secretaría de Estado de Vivienda y Urbanismo de la Nación, en el marco de “un ambicioso plan conducente a solucionar el agudo problema habitacional existente en el país”.

Para poder avanzar con el proyecto de poner fin a la villa de emergencia, se declaró la caducidad de los permisos de “ocupación precaria” otorgados en favor del Club Hípico del Norte y de la Agrupación Tradicional Argentina El Lazo. Entonces comenzó un largo litigio judicial –y político–, pero los clubes siguen ocupando buena parte de los terrenos, a pesar de dos fallos judiciales en contra y de una orden de desalojo que tenía que cumplirse a fines del año pasado y no se cumplió.

El desprolijo tablero de ajedrez que es hoy La Cava excede la responsabilidad de sus habitantes, que, se sabe, construyen sus viviendas con lo que pueden y como pueden. “Ninguno de los planes de vivienda se pudo cumplir porque hubo cambios políticos, incumplimientos de órdenes judiciales y alternativas que impidieron cumplir el sueño de los vecinos”, le dice a PáginaI12 Tolentino Domínguez, de la Comisión de Tierra y Vivienda de La Cava.

El primer proyecto, ejecutado a medias, está representado por 280 viviendas, en forma de monoblock, que están sobre Rolón y el pasaje del Hípico. El arquitecto Ezequiel Zapiola dice que es una construcción sólida, que no pudo avanzar por la negativa de los dos clubes a entregar los terrenos. Ese plan de vivienda se aprobó en 1984 y las casas se entregaron en 1989. El segundo plan es el llamado Barrio Angelita, con 211 viviendas en dúplex. La mayoría tiene sólo dos habitaciones y son pequeñas para las familias numerosas que hay en La Cava. La construcción está dentro de la villa y apenas se puede ver desde el exterior.

Luego se construyeron 46 dúplex sobre la calle Jorge Newbery, pero los trabajos no pudieron seguir. Por último, hace dos años, se construyeron cerca de 130 viviendas, algunas sobre sectores de terrenos entregados, a regañadientes, por el Hípico. Es curioso, hoy, observar la extraña mixtura entre la cancha de vareo del club, el olor a bosta de los caballos y las casas pegadas a los terrenos todavía ocupados por quienes fueron declarados usurpadores en dos fallos firmados por la jueza Delma Cabrera.