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En estas prácticas, más que nunca vale eso de que hay que poner el cuerpo. Actividades nudistas de lo más variadas, donde hay que animarse al contacto, se están desarrollando en el país. Estas son algunas.

Eduardo (www.sernudista.com.ar), profesor de yoga, da clases sin ropas no sólo para nudistas. Los encuentros están planteados para grupos reducidos y quienes asisten son en su mayoría profesionales de entre 30 y 50 años. El único requisito higiénico es llevar una manta o toalla personal para poner sobre la colchoneta. Las clases no difieren de cualquier otra de Hatha Yoga.

También hay clases de gimnasia, como la típica localizada, donde se hacen ejercicios para fortalecer y estirar los distintos grupos musculares. Luis Agazzini es profesor de educación física y personal trainer, además de fanático nudista. Y desde hace un par de años unió sus dos intereses para dar gimnasia nudista, donde tanto él como el alumnado están sin ropas. “Gimnasia significa arte desnudo en la antigua Grecia, música, filosofía y gimnasia eran las actividades para hombres y podían practicarlas desnudos”, explica. Así fue como adaptó algunos ejercicios, ya que no todos se pueden hacer sin ropa, y trabaja con colchonetas y algunos elementos. Son clases individuales y colectivas.

La mayoría de su alumnado no es nudista. Lo suyo es una especie de llave al mundo naturista, ya que muchas veces es más fácil estar desnudos con una sola persona o en un grupo reducido que en una playa con cientos de desconocidos. Los beneficios, asegura, son muchos. “El personal trainer es una especie de psicólogo, te cuentan todo. Lo que se siente es una especie de liberación. Al no tener marcas, el nudismo te libera, ahí las marcas no corren, pero mucha gente no se anima a afrontar eso, quieren estar muy lindos, flacos, se miden si la tenés más grande o más chica.” Lejos de eso, su propuesta llama a la liberación. Hay una pregunta que suelen hacerle y para evitar momentos incómodos la aclara en su blog: ¿Qué pasa si tengo una erección? “Como digo en otros lugares, repito en éste: tu cuerpo es tuyo; es lo más tuyo que tienes exterior a tu mente; pero tu cuerpo tiene reacciones propias que tus pensamientos no pueden controlar. Debes conectarte con tu cuerpo con la más amplia libertad, dejando exteriorizar aquello que quieras sin vergüenzas ni preconceptos.”

También hace masaje californiano en su estudio ubicado en Uruguay y Marcelo T. de Alvear. Estos masajes son movimientos más suaves que los descontracturantes, pero mientras el masajeado está desnudo, el terapeuta está vestido. “Con esta propuesta los dos estamos desnudos, así estamos iguales. Es una cuestión de igualdad, no puede ser que vos me exhibas tu cuerpo y yo no el mío. Además los hago en el piso, porque la camilla es cómoda para el masajista pero no para el masajeado, y de esa forma también elimino cierta distancia.”

A veces pasa que algunos confunden su propuesta por la de un taxi boy. “Sí, alguno se tiró el lance conmigo. No tengo problema en hacer un masaje en el que apoye mi cola sobre su cola para masajear pero nada más. Pero la distancia que yo pongo es la del contacto sexual, no estoy interesado en eso. Hay gente que se confunde, lo que pasa es que la palabra masajista está bastardeada, ven eso y piensan ‘prostituto’. En este caso, se los aclaro al principio.” Hasta ahora, dice, nadie se arrepintió.