El gerente de la sucursal de Pilar, Eduardo Hirsch, que vivió la toma de rehenes desde su oficina en el primer piso y con su hijo encerrado en el baño durante las cinco horas, aseguró que temió por su vida y la de los rehenes y recordó que los momentos “más difíciles” fueron “los silencios” y los momentos de “nerviosismo” del captor porque no sabía qué iba a hacer. El gerente también resaltó que su hijo permaneció encerrado en un baño las cinco horas y “lo tomó con mucha tranquilidad”.

Respecto del botín con el que escaparon los ladrones, Hirsch indicó que saquearon las cuatro cajas abiertas para el pago de jubilaciones y planes sociales, pero aún no se realizó el arqueo del banco. Un video difundido ayer mostraba los billetes que quedaron sobre la calle tras la fuga.

Hirsch indicó que la toma significará un “antes y un después” para la seguridad del banco y que le pareció “un hecho raro” por la ubicación del banco, a menos de 100 metros de la comisaría y la Departamental y en la esquina de la Fiscalía.