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“No queremos mano dura. No queremos represión. Queremos para los pibes trabajo y educación.” Este canto fue uno de los tantos que animó la marcha en la que se pidió justicia por las muertes del barrio De la Cárcova, en José León Suárez, ocurridas el jueves pasado. Las familias de Mauricio Arce Ramos (17) y Franco Almirón (16), víctimas fatales, y de Joaquín Romero (19), que se encuentra internado en estado grave, caminaron por todo el barrio, acompañados de vecinos, amigos, familiares de víctimas de casos de represión policial, organizaciones políticas y sociales. El objetivo: expresar su dolor y reclamar que se investigue a fondo el accionar de la Policía Bonaerense en la embestida desatada frente a las vías del tren Nuevo Central Argentino.

La movilización, que partió de avenida Márquez y Frías, empezó a tomar color a las 17.30, con aplausos y cantos que pedían “justicia”. Delante de la columna se ubicaron los familiares y vecinos de los adolescentes asesinados. Varios levantaban fotos de Mauricio y Franco, y los que estaban al frente de todo sostenían una bandera con la frase: “Ningún pibe nace chorro”.

“Que no exista más muerte para los pibes”, gritaba furiosa Noemí, la tía de Joaquín. Mientras, los jóvenes De la Cárcova no paraban de dejar volantes en las casas de la zona, en los que se explicaba el motivo de la movilización. A pasos de Noemí caminaba María, abuela de Mauricio. “Estamos poniendo fuerza de donde se puede”, alcanzó a decir con angustia la mujer. Con perfiles diferentes, ambas tomaron las riendas del reclamo y supieron expresar a periodistas, políticos y vecinos qué pasó, pasa y pasará en el barrio, de no modificarse el problema de fondo: pobreza y represión.

Luego de caminar unas doce cuadras, se llegó al monolito construido en la zona en la que fueron acribillados los adolescentes, en Aguado y 2 de Abril. El espacio recordatorio tiene una urna vidriada y en su interior hay una foto de cada una de las víctimas, una placa con sus nombres y edad y un ramo de flores junto a cada retrato.

“Mauricio Ramos presente. Franco Almirón presente. Cárcova presente. Ahora y siempre.” El grito contra el olvido se repitió durante toda la caminata. La última vez, ya frente al lugar que los recordará para siempre, la voz de la comunidad tomó mucha más fuerza. Los familiares y amigos de los jóvenes muertos dejaban velas encendidas bajo la urna en un intento de mitigar el dolor ante la ausencia repentina.

Leonardo Grosso, militante del Movimiento Evita que hace trabajo social en el barrio, fue uno de los oradores en el improvisado acto frente al monolito. “La única banda organizada acá es la comisaría cuarta”, retrucó las versiones político-mediáticas que señalaron a los jóvenes como foco de delincuencia y provocó el aplauso de vecinos y familiares. También hicieron uso de la palabra representantes políticos, sociales y sindicales como el diputado Edgardo Depetri (FPV) y el titular de Suteba, Roberto Baradel.

Hacia el final del acto, un grupo de niños saltaba y mantenía vigente la protesta: “Yo sabía/yo sabía/que a los pibes/los mató la policía”, coreaban.

Informe: Leonardo Rossi.