En medio del dolor por la muerte de los niños, cuestiones políticas entraron en escena. Por un lado, los docentes de Río de Janeiro nucleados en el Sindicato de Profesores cuestionaron la “falta de seguridad” en las escuelas y dieron por “habituales” los hechos de violencia que afectan a la comunidad educativa. En ese sentido, anunciaron que abrirán procesos judiciales contra el gobernador Sergio Cabral y el alcalde Eduardo Paes, ambos del Partido de Movimiento Democrático Brasileño.

Por otra parte, el diputado federal del PT Alessandro Moron opinó que “el fácil acceso de armas contribuye a que ocurra este tipo de crímenes” y lamentó que haya dejado de funcionar la Comisión de Seguridad Pública y Combate al Crimen Organizado. “Estoy seguro de que este asesinato va a llevar el debate sobre el desarme a la Cámara de Diputados”, confió. En tanto, el diputado federal Mendonza Barros, de la Comisión de Seguridad, anunció que se constituyó un grupo investigador de la masacre carioca.