La encuesta difundida ayer también mostró algunos desafíos pendientes en el cumplimiento de la ley antitabaco. Por ejemplo, en lo que se refiere a la exposición del humo ajeno, donde la comparación con la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, de 2009, demuestra que sólo en restaurantes bajó el consumo, de un 47,2 a un 23,2 en 2012. En el ámbito laboral, la diferencia entre esos años muestra una tímida baja, del 34 al 31,6. “Otro desafío es que el sistema sanitario logre mejorar su oferta, es llamativo que nueve de cada diez personas que intentaron dejar lo hagan sin ayuda. Y más llamativo, que al 60 por ciento de quienes fueron a un hospital y contaron que fumaba le aconsejaron dejarlo, es decir, que un 40 por ciento no recibió ese mensaje de parte de los operadores de salud”, afirmó Dolores Ondarsuhu, coordinadora de la encuesta.

Los tres lugares cerrados donde más se fuma, según respondieron los entrevistados, son las discotecas, 82,2 por ciento; las universidades, 40 y los edificios públicos, 24,5. “En los dos primeros lugares, se trata de poblaciones jóvenes”, advirtió la especialista. El hogar también es un lugar importante de exposición, según declaró el 33 por ciento de los encuestados. Respecto del sistema sanitario, la coordinadora afirmó que el 80 por ciento de quienes pasaron por este sistema fue consultado sobre este hábito, cuando, por protocolo, todos deberían ser consultados.