Otros mensajes no se refieren estrictamente a la necesidad de conocer un punto de venta del libro, sino que simplemente dan a entender la necesidad de comunicarse para decir que lo compraron, para sentirse quizás incluidos dentro del gran movimiento que parece haber desatado el libro. Uno de ellos, enviado a la autora, dice: “Estimadísima Claudia, recién pagué vía ‘Mercado Pago’ su obra. Gracias al Indio me enteré de lo que la historia oficial y los medios hegemónicos ocultan, deforman y falsean. Lo único que tengo son palabras de agradecimiento a personas como usted, por mantener la memoria bien encendida! Y ojalá se haga justicia y todos los genocidas responsables estén donde deben estar, tras las rejas”.

En Twitter, la cuenta de Claudia Cesaroni, que igual que en Facebook aparece con el logo de la tapa de Masacre en el Pabellón Séptimo, desbordó de mensajes con un tono de seguidores hasta el fin del mundo. Mensajes del tono: “Al fin llegó el día! En unas horas a la presentación de libro COMO LO BUSQUE!!!!!! @CCesaroni :)”. Otro que simplemente le cuenta: “Lo trajeron a Bahía, mañana lo compro”. Otro que ya lo compró y lo leyó hace comentarios sobre el origen dictatorial de las normas que regulan el funcionamiento de las cárceles, excepto la Ley 24.660. Un seguidor que le encantó el libro y la principal crítica es que lee “setiembre” en lugar de “septiembre” y agradece chistosamente no haber leído “otubre”.