SOCIEDAD › EL CASO ENRON Y LOS APAGONES DE LA ERA BUSH
Una desregulación sembrada de dudas
Nueva York rememoró el jueves el gran apagón que dejó a la ciudad y a gran parte de su entorno en la más absoluta oscuridad el 9 de noviembre de 1965. Un total de 36 millones de personas permanecieron sin luz durante 12 horas por una avería en una central para la que jamás se halló una explicación. Sin necesidad de remontarse tantos años, los apagones perturbaron la vida cotidiana de Estados Unidos durante buena parte de 2000 y 2001. Al contrario de lo ocurrido ahora, la crisis no obedeció a problemas de red, sino a una estafa de las compañías eléctricas: la energía generada era insuficiente para abastecer el país, por lo que las mismas empresas realizaban apagones selectivos.
Los problemas comenzaron en California, el estado más rico del país. Pero los apagones amenazaban también a Nueva York y a otros estados, de forma que el problema adquirió envergadura nacional. El estado que vio nacer las nuevas tecnologías veía cómo se apagaban sus luces por una regulación energética mal diseñada.
El sector sufrió una fuerte desregulación entre 1996 y 1998. California limitó las tarifas que pagaban los consumidores, pero esta limitación no afectaba lo que cobraban los productores. Consecuencia: esos productores vendían a precios cada vez más caros, mientras que los distribuidores acumulaban pérdidas.
La situación se agravó en los veranos, tanto el de 2000 como el de 2001. No fue hasta mayo del año pasado cuando las sospechas se confirmaron: Enron, la gran empresa energética estadounidense que protagonizó la mayor quiebra de la historia, manipuló al alza el precio de la electricidad en California. Documentos internos demostraban que Enron creaba excesos de demanda cuya solución le reportaba beneficios millonarios.
Consecuencia de esas y otras pruebas, el regulador de la energía de Estados Unidos obligó en marzo de este año a Enron y otras 36 eléctricas a pagar 3300 millones de dólares a California para compensar al estado por los apagones. Las empresas habían aprovechado las deficiencias desregulatorias para manipular precios.