Viernes, 23 de mayo de 2014 | Hoy
SOCIEDAD › LA VALORACION DEL TRIBUNAL
Por Mariana Carbajal
En la sentencia que condenó al hombre por violar a su ex pareja, el juez a cargo de la Audiencia de Juicio de la Segunda Circunscripción Judicial, de General Pico, tuvo en cuenta que la mujer denunció los delitos esa misma madrugada del 31 de mayo, cuando fue abusada sexualmente, que fue su hijo mayor, de 15 años, quien le pidió que hiciera la denuncia, y que el chico declaró luego en Cámara Gesell, y confirmó esa versión, entre otros indicios. Antes de interceptar a su ex esposa, Sergio René Arroyo había golpeado al adolescente porque no le quería decir con quién había salido su mamá. La mujer contó que en otras situaciones también había soportado relaciones sexuales no consentidas de parte de su pareja pero no había llegado a denunciarlo.
En el juicio declaró la subcomisaria local que la atendió, Analía Lorizio, quien describió que cuando la mujer llegó a la seccional, esa madrugada, “lloraba, estaba alterada, nerviosa y aseguraba que así no podía seguir”, en referencia al hostigamiento, maltrato y amenazas que sufría de parte de su ex. También declaró el médico forense que la examinó y observó hinchazón en el lado izquierdo de la cara y dijo que la lesión podía atribuirse “a la resistencia de la víctima”. La mujer también señaló que para forzarla el agresor le apretó la garganta. Y que ella no gritó para pedir ayuda porque en la otra habitación estaba su hija, la del medio, y en una casa contigua su hijo menor, ambos durmiendo, y no quiso despertarlos. También testimonió un hermanastro de la mujer, con quien ella no tenía contacto frecuente pero a quien esa madrugada llamó desesperada para pedirle ayuda después de lo que había vivido. Y una amiga íntima que fue convocada por ella a las 7 de la mañana y que cuando llegó a la casa encontró a toda la familia llorando por lo sucedido. Peritos psicólogos y psiquiatras avalaron la credibilidad de los dichos de la mujer. Y su historial de violencia doméstica.
El abogado del acusado, Julio Ballari, alegó que se trató de una relación consentida y que la denuncia respondía a que ella estaba dolida por las relaciones paralelas de su ex –que empezaron cuando estaban todavía conviviendo– y quería vengarse. Ese fue el argumento del imputado. Cuando el fiscal Alejandro Gilardenghi le preguntó sobre el origen de las lesiones detectadas en su ex pareja, indicó que ella se golpeó armando la cama y se “moretea” con facilidad.
El juez Alonso descartó en la sentencia que la denuncia respondiera a un ánimo de venganza dado que el 13 de abril de 2013, un mes y medio antes de la violación, ella había radicado una exposición policial para que la dejara de hostigar con golpes y amenazas de que no le importaba dejar a los hijos huérfanos. La mujer dijo que no quería denunciarlo para que no pasara vergüenza. Además pidió una exclusión de hogar el 25 de abril ante la Defensora en lo Civil N° 2 que, vale destacar, fue otorgada el 28 de junio, cuando Arroyo ya estaba preso, por la denuncia de violación.
Para “dilucidar” si la relación fue o no consentida, el magistrado tuvo en cuenta la declaración de la mujer durante el juicio oral, que a su entender resultó “creíble, coherente y sincera”. Destacó en el fallo que “no incurrió en contradicciones que afecten la credibilidad de sus aportes”.
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