SOCIEDAD
El caso de la fuga
Por H. C.
El Gallo Gallardo tiene además de las causas judiciales, otra investigación por la misma policía a la que pertenece. Asuntos Internos lo imputó en el sumario ISA 2089/1000, en el que se investiga la escandalosa fuga del Enano Quinteros de la comisaría 6ª de Palomar, ocurrida el 13 de octubre de 2000. La fuga fue informada en detalle por Página/12 el 17 de febrero de 2003. Según la investigación, el Enano pagó 10 mil pesos (dólares) para que le abrieran la puerta. Pagó y el pacto se cumplió. Pero a los pocos días lo volvieron a detener. Cuando volvió a entrar a la comisaría, el Enano lo hizo al grito de “¡Barrios hijo de puta!”, siendo Barrios el que estaba a cargo de los calabozos. El Gallo era, por entonces, jefe del servicio de calle. Por el mismo caso se abrió una investigación en la fiscalía de Morón, donde el Gallo fue testigo a favor del comisario Ricardo Andrade, responsable de la comisaría. Gallardo, igual que su jefe, pese al sumario fue ascendido. El Gallo siguió siempre detrás de Andrade. Cuando Andrade fue sacado del escándalo de Palomar, premiado y llevado como segundo de Osvaldo Seisdedos en la dirección que investigaba a los desarmaderos, el Gallo pasó a la planta verificadora de automóviles de Morón. Ahora, Andrade es jefe de Operaciones de la Dirección General de Investigaciones, de la que dependen todas las DDI, incluida la de San Miguel. Si ahora cayó en desgracia, a Gallardo podría caberle la ley de prescindibilidad, vigente hasta el 31 de marzo.