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“Son como una bala que apunta al blanco, al receptor de serotonina que corresponde exactamente a la migraña”, grafica Lucas Bonamico–especialista del Instituto Fleni y el Hospital Francés– sobre los triptanos, nombre genérico de los remedios que, desarrollados en la década de los 90, revolucionaron el tratamiento de esta enfermedad. “Son capaces de cortar 7 de cada 10 ataques.” Pero el peor efecto adverso de estos remedios es su precio: la caja de dos (sí, sólo dos) comprimidos cuesta unos 50 pesos, y, con los descuentos de obra social, se aproxima a los 30. Por otra parte, muchos médicos generalistas no manejan estos medicamentos y continúan recetando sólo las muy conocidas ergotaminas “que se venden incluso en los kioscos pese a que su uso inadecuado provoca dependencia”, puntualiza Bonamico. El inadecuado manejo médico de la migraña es un problema en muchos países: “El dolor de cabeza es vastamente subdiagnosticado y mal atendido –puede leerse en American Medical News (revista de la Asociación Médica de Estados Unidos), de octubre de 2001–. Hay gente que fue erróneamente operada por sinusitis, cuando en verdad padecía migraña”.