SOCIEDAD
Como Patti, pero mucho peor
Entre los más entusiastas defensores de la venta libre de armas se cuenta el coronel Ubiratan Guimaraes, condenado a 632 años de prisión por la matanza de 111 presos del presidio de Carandirú, en 1992. Esa sentencia no le impide a Guimaraes continuar libre por la inmunidad que le da su condición de diputado. El ex coronel logró ser elegido a caballo de un discurso despojado de ambigüedades: no hay mejor bandido que el bandido muerto fue, palabras más, palabras menos, el discurso con que sedujo a miles de votantes que probablemente mañana optarán por el “No”. Lejos de ocultar su pasado, Guimaraes siempre lo reivindicó al punto de haber escogido el “111” como número de su boleta. En el último mes, Guimaraes ha recorrido San Pablo para defender el “No”.