La aparición del primer caso de gripe aviaria en Francia provocó inquietud entre los avicultores. La confirmación de que un pato salvaje hallado la semana pasada en una laguna del departamento de Ain, en el Este del país, tenía el virus H5N1, cayó como un balde de agua fría entre los profesionales del sector, que ya han visto descender sus ventas. Entretanto, las autoridades sanitarias italianas informaron la detección del virus H5N1 en siete aves halladas en el centro y el Sur del país, lo que eleva a dieciséis los casos confirmados en Italia. En Alemania, la cosa no es más sencilla. La canciller Angela Merkel dijo que la situación en la isla de Rügen “es seria”, después de que el número de aves a las que se detectó el virus H5N1 de la gripe aviaria sobrepasó ya el medio centenar. Para paliar el temor, Merkel agregó que “hasta ahora, no se detectó la gripe en aves de corral”.