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Es la primera vez que viene a una marcha, dice, “para defender a las mujeres”. Con un amigo y una amiga, desmarca su silueta del cartel luminoso donde una Evita se confunde con una vieja publicidad y el cartel de #Niunamenos brilla en rojo fuego. “Violaciones más que nada”, dice que conoce de cerca, más los robos de varones a mujeres porque es más fácil atacarlas.

–¿Te pasó?

–Miles de veces. La última vez lo corrí, me metieron un par de piñas pero le saqué el celular.

Se defendería con gas pimienta, con piedras y botellas, con tal de que no la toquen. Vuelve al recuerdo de las amigas violadas que no pudieron contarlo, que no les creyeron. “También tuve una que se tuvo que escapar de la casa para que le den bola. Y del aborto pienso que las nenas no pueden ser mamás, no están preparadas. Quiero que sea algo que se pueda hacer.” Le contamos que está legislado y se llama Aborto No Punible. Dice que es imposible, que ella acompañó a otras al hospital, que las sacaron carpiendo “porque no se puede”. “No sé qué es el feminismo pero sí, me considero feminista y quiero que este día quede en la historia.”