Viernes, 5 de junio de 2015 | Hoy
El Síndrome de Alienación Parental (SAP) es la forma técnica de decir que cuando un chico o chica dice que fue violado por su papá, en realidad, la culpa es de su mamá que le llenó la cabeza. Sin embargo, en México D.F. se aprobó una reforma en el Código Civil por la cual una madre puede ser castigada por alienación parental y se considera que este mecanismo –no legitimado en Argentina– es una forma de violencia familiar. La ley prevé que si la madre pone en contra del padre a sus hijos o hijas puede perder la patria potestad, ir a la cárcel hasta por seis años y ver congelado su régimen de visitas. Las sanciones son para quienes transformen la conciencia de un menor de edad con el objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con uno de sus progenitores. El problema es que, en la mayoría de los casos, se trata de madres protectoras que quieren resguardar a niños y niñas de un progenitor violento o abusador.
En el Puente de las Artes, de París, un ritual turístico promueve que las parejas sellen su amor con un candado. La idea comenzó en el 2008 y en el puente ya hay aferrados 700.000 candados. El peso es tan alto que equivale al de veinte elefantes. Por eso, las autoridades van a retirar los cerrojos por una cuestión de seguridad de los habitantes y evitar que se desplomen las estructuras. Sin embargo, la idea de un amor cerrado y atrapante también puede dar para promover nuevas, más libertarias y amorosas formas de amor.
La organización internacional Avaaz presentó alrededor de medio millón de firmas, de todo el mundo, pidiendo la despenalización del aborto para las menores de quince años en Paraguay y para todos los casos de violencia sexual. El caso de una niña de diez años a la que se la encerró en un hogar de la Cruz Roja y no se le permitió el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo después de una violación abrió un debate. Sin embargo, el gobierno no admitió el acceso a un aborto legal por parte de la niña. “El artículo 109 del Código Penal paraguayo permite interrumpir el embarazo cuando existe riesgo para la vida de la madre. Todos los embarazos en menores de 15 años conllevan un riesgo cinco veces mayor de que la madre muera en el parto, por lo que se debe permitir el aborto en estos casos para proteger a las niñas”, subrayó Ana Sofía Suárez, representante de Avaaz.
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