Lohana fue una luchadora con mayúsculas. Nos conocimos en la calle, cuando reclamábamos la derogación de los edictos policiales, luego compartimos escraches, Encuentros de Mujeres, iniciativas por el derecho al aborto y por el reconocimiento de los niñxs de familias comaternales. Era necesaria y, aunque queremos honrarla, todavía no sabemos cómo seguir sin ella. Era nuestra compañera y amiga. Fue parte de todxs y del activismo lésbico. No siempre coincidimos pero cuando las cosas se ponían tensas no titubeaba en golpear la mesa y asegurarle a lxs presentes que las tortas éramos sus compañeras, que no dudaría ni un segundo en compartir batallas. Lo mismo hizo con cada compañerx. Nos dejó un derrotero de amor y rebeldía. Y así la recordaremos, en cada lucha, en cada celebración, en cada cuerpo subalterno y en nuestra memoria. Adiós amiga. Seguiremos caminando juntas con furia trava, con furia torta, con rojo fuego. Todo nuestro amor en esta infinita tristeza. Hasta siempre compañera.

*Socióloga y activista de Lesmadres.