Una fuerte explosión se produjo hoy, pasadas las 12 horas locales, en un arsenal militar del ejército albanés situado en las inmediaciones de la aldea de Gerdec, cerca de la localidad de Vora. Su potencia fue tal que se sintió en Tirana, la capital albanesa. Más de cuatro horas después, se seguían oyendo explosiones en cadena a intervalos más o menos regulares.

Algunos expertos militares estaban desmontando obuses en el lugar cuando ocurrió la primera explosión. El equipo trabajaba con asistencia de empleados de una compañía estadounidense contratada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para ayudar al ejército albanés a eliminar esas armas.

La embajada norteamericana, interrogada por teléfono, no podía aún confirmar si había personal extranjero en el lugar del siniestro.

Según el ministro de Sanidad, los heridos fueron trasladados a centros hospitalarios de Durres (40 km al oeste de Tirana) y de la capital, Tirana. "Los heridos se encontraban en aldeas cercanas al arsenal. Las ambulancias todavía no pudieron acercarse al lugar, porque las explosiones prosiguen", añadió.

"Las autoridades albanesas encontraron los cuerpos de cuatro víctimas en el lugar" de las explosiones, explicó la portavoz del primer ministro, Juela Meçani, quien no pudo precisar si se trataba de ciudadanos albaneses o extranjeros. El último saldo facilitado por las autoridades contabiliza cuatro fallecidos, aunque se teme que esta cifra aumente, puesto que hay al menos otras 170 personas heridas, la mayoría civiles.

El primer ministro de Albania, Sali Berisha, había explicado poco antes que unidades especiales del ejército acompañadas de vehículos blindados iban a tratar de llegar al lugar de las explosiones para "socorrer a las personas que se encontraban trabajando" ahí. "El número de muertos es considerable", reconoció Berisha tras visitar el hospital militar de Tirana, donde están hospitalizados decenas de heridos.

Las ambulancias llegaban sin cesar al hospital militar de Tirana, comprobó la AFP. Entre los ingresados había muchas mujeres y niños ensangrentados. Un médico comparó la situación con un "balance de guerra". "La situación es grave", afirmó.

El primer ministro albanés juzgó la situación "grave y muy alarmante". "Hemos enviado helicópteros del ministerio de Defensa y empezamos a evacuar a los habitantes de aldeas cercanas" al depósito de armas, indicó.

Todos los vidrios del aeropuerto de Rinas-Tirana, a poco más de 1 km de distancia, saltaron en pedazos y numerosos automóviles sufrieron daños. El aeropuerto fue cerrado y todos los vuelos cancelados hasta nueva orden.

"Muchos civiles vivían cerca del arsenal y necesitan ayuda; y otros huyeron de sus hogares por temor a nuevas explosiones", contaron varios testigos.

Las deflagraciones se oyeron con nitidez en la vecina república de Macedonia, donde también quedaron destrozados los vidrios de muchas casas, informó a la AFP un portavoz policial. "Recibimos muchas llamadas de gente alarmada por las explosiones, pero ningún incidente se produjo en Macedonia", señaló.