13:50 › TRAS LAS ACUSACIONES DE CORRUPCIóN

El primer ministro israelí sigue perdiendo apoyos

El jefe del Partido Laborista y ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, pidió el miércoles que el primer ministro Ehud Olmert deje el cargo "en el interés del Estado", un día después de que un testigo reconociera haber entregado dinero en efectivo al jefe de gobierno.

"En el interés del Estado (...), creo que el primer ministro debe dejar de ocuparse de la gestión cotidiana del gobierno", declaró Barak en una conferencia de prensa.

Barak hizo esta afirmación un día después del testimonio clave ante la justicia israelí del empresario israelo-estadounidense Morris Talansky, quien dijo haber entregado cerca de 150.000 dólares a Olmert, jefe del partido centrista Kadima, durante un período de 15 años.

Según el ministro de Defensa, dada "la situación actual y los enormes desafíos que debe enfrentar Israel -el Hamas, el Hezbolá, Siria, Irán, los soldados secuestrados y el proceso de paz-, no creo que el primer ministro pueda ocuparse simultáneamente de la gestión del gobierno y de sus asuntos personales", afirmó.

Ehud Olmert ha negado haber actuado en forma ilegal.

Por su parte, la Autoridad Palestina dijo que teme que la crisis política en Israel tenga "repercusiones negativas" en el proceso de paz israelo-palestino.

La partida de Olmert "debe tener lugar lo antes posible", insistió Barak, sin plantear un ultimátum ni pronunciarse sobre la forma que debería tener lugar dicha salida. "Suspensión o renuncia, a nosotros no nos corresponde decidir", añadió.

Barak se cuidó de no agitar la amenaza de una partida inminente de los laboristas, que provocaría la caída de la coalición gubernamental, y dejó la pelota en el campo del Kadima, que según el ministro de Defensa debería encontrarle un sucesor.

"El partido Kadima debe hacer un examen de conciencia y elegir a un reemplazante" del primer ministro, agregó. "Si Kadima no actúa para que se forme un nuevo gobierno que cuente con nuestro apoyo, haremos lo necesario para que se fije una fecha para elecciones anticipadas", insistió.

La legislatura actual debería terminar normalmente en 2010.

Entre los pretendientes dentro del Kadima a la sucesión de Olmert figuran los ministros Shaul Mofaz (Transportes), Avi Dichter (Seguridad Interior) y Tzipi Livni (Relaciones Exteriores).

Después de la conferencia de prensa, el secretario general del Partido Laborista, Eitan Cabel, declaró a la radio militar que "si en un plazo de dos meses, Kadima no hace lo que debería hacer, nosotros no tendremos más alternativa que anunciar al final del periodo parlamentario nuestra intención de llevar a cabo elecciones anticipadas".

Sin el apoyo de los 17 diputados laboristas, Olmert dejará de disponer de la mayoría en la Knesset (parlamento unicameral), que actualmente cuenta con 67 diputados en un total de 120.

Poco antes, el asesor de Olmert para la Comunicación, Tal Silberstein, había asegurado que el primer ministro estaba "decidido a permanecer en la jefatura del gobierno".

No obstante, Olmert se encontraba este miércoles bajo fuertes presiones de todas partes para que dejara el poder.

Gideon Saar, un diputado del Likud (derecha), consideró que "alguien que recibe sobres no puede negociar el futuro de la meseta del Golán" con Siria.

La oposición de izquierda, que en el pasado ha apoyado a los gobiernos implicados en el proceso de paz, también consideró que las sospechas que pesan sobre Olmert son demasiado grandes para darle "una red de seguridad" en el parlamento.

"Soy totalmente favorable a negociaciones con los palestinos y Siria, pero Ehud Olmert no puede, desde un punto de vista moral, llevar adelante semejantes discusiones después del abrumador testimonio de Morris Talansky", advirtió Ran Cohen, diputado del partido Meretz (izquierda pacifista).

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