Martes, 22 de julio de 2008 | Hoy
22:35 › LAS HUELLAS DE LA MEMORIA
Empleados del Instituto Espacio para la Memoria encontraron el nombre y las iniciales de Horacio Domingo Maggio, escritas en un muro de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
En la primera se puede leer "27/12/77 cio Maggio", escrita con bolígrafo o algún tipo de marcador, y sólo se visualiza una parte del nombre, mientras que el apellido está más remarcado, y en la segunda aparece a la vista la inscripción "3/3/78 H.M.", que también estaría escrita con bolígrafo o algún tipo de marcador.
Las personas que están realizando tareas de conservación descubrieron ambos escritos el 4 de julio pasado en una pared del sector denominado "Pecera", del Casino de Oficiales, donde algunos secuestrados realizaban tareas de oficina.
Maggio usaba los sobrenombres "Nariz" y "Polichinela", trabajaba en el Banco Provincial de Santa Fe, donde era delegado sindical por la Asociación Bancaria, y tenía 30 años cuando fue secuestrado por el Grupo de Tareas y trasladado a la ESMA.
Luego de pasar unos meses en aquel campo de concentración consiguió fugarse y desde la calle llamaba por teléfono a los marinos que lo habían tenido cautivo, según el libro "Recuerdo de la Muerte" de Miguel Bonasso. "Con los bolsillos llenos de cospeles y monedas, llamaba a sus verdugos, se identificaba, los insultaba y les preguntaba cuánta gente más habían matado desde que él no estaba en la ESMA. Y como una premonición, decía al teléfono: 'Va a haber un Nüremberg para todos ustedes, asesinos'".
También mandó cartas "a Raúl Castro -embajador de EE.UU. en Argentina-; a los monseñores Aramburu, Primatesta y Zaspe; al propio dictador Videla; a los mandos militares; los sindicatos; los dirigentes políticos; al staff del Ministerio de Relaciones Exteriores; al Secretario de Naciones Unidas (ONU); a Amnesty Internacional y a toda la prensa extranjera", dijo el relato.
"En las cartas denunciaba su secuestro y los hechos que ocurrían en la ESMA , los nombres y alias de los represores que actuaban allí y los casos de asesinatos y secuestros que él conocía", añadió el libro del actual diputado nacional.
Poco antes del Mundial de Fútbol 1978 "tuvo una entrevista con el subdirector de Associated Press que fue publicada en los principales diarios del mundo. En ella reiteró sus denuncias, el caso de las monjas francesas detenidas y desaparecidas y el caso de Dagmar Hagelin".
La obra de Bonasso indicó que Maggio "se transformó en el objetivo primordial de la dictadura" hasta que fue nuevamente aprehendido y "desarmado, se defendió a pedradas contra sus captores y asesinos" que lo ejecutaron. "Su pequeño cadáver fue expuesto en la ESMA como trofeo de guerra ante los prisioneros en el mes de septiembre de 1978", añadió "Recuerdo de la Muerte". La esposa de Maggio, Norma Valentinuzzi, docente de 28 años, fue detenida el 11 de septiembre de 1979 y desde entonces está desaparecida.
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