Viernes, 17 de octubre de 2008 | Hoy
18:47 › ES QUE NO ME TIENEN PACIENCIA
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, afirmó hoy que el programa de rescate financiero tardará algún tiempo en restablecer el flujo del crédito, tras la caída experimentada ayer por las principales bolsas mundiales.
En su quinto mensaje en menos de dos semanas, Bush pidió paciencia a los mercados para que surta efecto el programa de 700.000 millones de dólares, que dijo es "lo suficientemente grande y audaz" para funcionar, en un discurso ante la Cámara de Comercio, antes de la apertura de la Bolsa en Nueva York.
"Estas acciones tardarán un tiempo en tener su impacto completo. Los mercados de crédito tardaron un tiempo en helarse y va a pasar algún tiempo para que se descongelen", afirmó el mandatario, según la cadena de noticias CNN.
El presidente estadounidense afirmó, sin embargo, que la compra prevista de acciones de los bancos por parte del gobierno no significa una nacionalización de esas entidades y destacó la libertad de mercado.
"La intervención del Gobierno no es una toma de control, no pretende debilitar el libre mercado, sino fortalecerlo", afirmó.
Bush dedicó gran parte de su discurso a justificar la intervención pública, que calificó como "el último recurso" para evitar una crisis mayor.
"Yo me opondría a estas medidas en circunstancias normales, pero éstas no son circunstancias normales", señaló y afirmó que el Departamento del Tesoro "no entrará en los consejos directivos de los bancos o los dirigirá".
"Si el gobierno no hubiera actuado, el agujero en nuestro sistema financiero habría crecido aún más", argumentó Bush.
El mandatario dijo, además, que en estos momentos de crisis Estados Unidos debe "evitar la falsa tentación del aislamiento económico".
Y en ese sentido, urgió al Congreso a aprobar "este año" los tratados de libre comercio alcanzados con Colombia, Panamá y Corea del Sur.
Pese a las medidas adoptadas por el gobierno estadounidense y la Reserva Federal, los bancos de Estados Unidos y extranjeros siguen reacios a prestarse entre ellos y a sus clientes, según la prensa norteamericana.
La crisis financiera y los problemas crediticios comenzaron hace más de un año, pero empeoraron notablemente el mes pasado, tras la caída de algunos de los principales bancos estadounidenses.
La situación provocó una gran volatilidad en Wall Street, donde el promedio industrial Dow Jones cayó en forma extremadamente rápida, con la consecuente evaporación de billones de dólares en un solo día, y en menor cuantía en sesiones sucesivas.
El Dow bajó el jueves más de 200 puntos a los pocos minutos de la apertura para pasar luego, de forma tímida, a territorio positivo.
Antes de que hablara el mandatario, el Departamento de Comercio informó que la construcción de nuevas casas y apartamentos retrocedió el mes pasado un 6,3%, frente al 1,6% pronosticado por los analistas, a un ritmo anual de 817.000 unidades.
Se trata del ritmo más lento desde enero de 1991, cuando Estados Unidos se encontraba en recesión.
A principios de semana, el Departamento del Tesoro anunció que inyectará hasta 250.000 millones de dólares en los principales bancos estadounidenses a cambio de una participación accionaria, algo que no sucedía desde la Gran Depresión de 1930.
El gobierno de Bush espera que los bancos utilicen la infusión de capitales para reconstruir sus reservas y girar créditos a los clientes, por lo que se muestra reacio a continuar inyectando dinero en el mercado bancario.
Empero, en el Congreso los demócratas insisten en la necesidad de otra ronda de estímulos económicos. En lo que va del año quebraron en Estados Unidos 15 bancos, frente a sólo tres el año pasado.
Y los cinco bancos de inversiones más importantes de Wall Street fueron adquiridos por otras empresas, se declararon en quiebra o se transformaron en bancos comerciales para poder afrontar la crisis.
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