En vista a las elecciones de 2009, los dirigentes coincidieron en "respetar" la situación y "particularidades" de cada distrito para evitar eventuales disidencias que afecten el armado de un mismo frente.

Como eje central de la construcción política se "profundizarán los mecanismos de acción común" de los bloques parlamentarios de las tres fuerzas.

Según aclaró el titular del Partido Socialista, Rubén Giustiniani, "no es el anuncio de una construcción electoral sino el inicio de un diálogo fecundo".

De esta manera, Giustiniani dejó en claro que el acuerdo con la UCR y la Coalición no es nacional sino que se analizará distrito por distrito, respetando la situación de cada provincia.

"Creemos que el país ante la crisis que está viviendo, que ya ha golpeado nuestra puerta, necesita de una oposición eficiente que controle al gobierno, proponga propuestas alternativas superadores y genere una alternativa para el país", señaló el senador durante una conferencia de prensa en la sede socialista ubicada en Callao al 100 de la Capital Federal.

El encuentro, que comenzó minutos después de las 17 y se prolongó por una hora, significó el inicio formal de la construcción de una "alternativa" que enfrente al kirchnerismo en las próximas elecciones electorales.

Desde las tres fuerzas, aclararon que el armado será "lento" y "paso a paso" con el objetivo de sellar un acuerdo a nivel nacional en 2011, a pesar de que el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner -que suena como posible candidato presidencial- decidió distanciarse de las negociaciones.

A un año de los próximos comicios, el titular del PS coincidió con el jefe de la UCR, Gerardo Morales, y la presidenta de la Coalición, Elisa Carrió, en que el "diálogo" es lo que la sociedad espera de la oposición.

"Este inicio de diálogo es con miras a fortalecernos en una alternativa que le dé respuestas a la sociedad", afirmó Morales y sostuvo que "tiene que ver con el camino que no toma el gobierno, el camino del consenso que ofrezca respuestas a todas las familias argentinas".

No obstante, Morales marcó límite al justicialismo disidente al sostener que "es otra versión del propio gobierno" así como también al vicepresidente Julio Cobos quien es parte del gobierno.

A su vez, Carrió resaltó que "este tipo de diálogo entre la oposición es un mensaje claro para la sociedad", y expresó su preocupación por la crisis mundial al sostener que "la agenda de hoy son las enormes dificultades económicas y sociales".

En ese sentido, la fundadora del ARI alertó que "la baja de producción en las industrias vinculadas al agro es del 90 por ciento en octubre".

Si bien las cúpulas del socialismo, radicalismo y Coalición manifestaron su voluntad de dialogar con otras fuerzas políticas, aclararon que "los acuerdos son los que se muestran" y se avanzará "con consensos de manera lenta".

"Este diálogo significa también la solución de una responsabilidad histórica para que la oposición esté a la altura de las necesidades colectivas", puntualizó Carrió y criticó al gobierno nacional porque "no sólo tiene malas respuestas sino que acelera y agrava una crisis económica y social".

En tanto, dijo estar "alegre y feliz por este diálogo que es paso a paso", y puntualizó la "vocación de coyuntura para acompañar a una Nación que está sufriendo efectos que no debería si no fuera por la ineptitud del gobierno".

Participó de la reunión la mayoría de la Mesa Ejecutiva del socialismo, entre ellos Verónica Gómez, Silvia Augsburger, Héctor Polino; los radicales Ernesto Sánz, Oscar Aguad, Hipólito Yrigoyen y Mario Negri, y los cívicos Gerardo Conte Grand, Horacio Alcuaz, Elsa Quiroz y Francisco Ferro.