Sábado, 21 de marzo de 2009 | Hoy
22:15 › ARGENTINA -CHILE
El nene chileno de 11 años al que le fue implantado un corazón artificial por un equipo mixto de médicos de Argentina y Chile evolucionaba "muy favorablemente", dijo el cirujano Horacio Vogelfang, del Hospital Juan Garrahan.
A instantes de subir al avión que lo transportaría desde Santiago de Chile a Buenos Aires, Vogelfang informó que "estamos con el doctor Gerardo Naiman en el aeropuerto y acabamos de llegar del hospital, donde vimos que el paciente está evolucionando muy favorablemente".
El niño Felipe Cruzat esperaba hace 66 días un donante de corazón a raíz de una miocardiopatía que le había deteriorado sus signos vitales, y el agravamiento de su estado hizo que el sábado pasado los médicos del Hospital de la Universidad Católica de Chile decidieran implantarle un corazón artificial.
La cirugía a cargo del cardiólogo chileno Pedro Becker y sus colegas Vogelfang y Naiman, del hospital Garrahan de Buenos Aires, comenzó ayer a las 9 de la mañana (hora argentina).
"La evolución del chico fue lo esperado, con todo a favor, y ya recuperó muchas de las funciones, como orinar y tener muy buena circulación arterial, que tenía perdidas por el deterioro cardíaco", dijo Vogelfang en diálogo telefónico desde Santiago.
"Salió todo muy bien, los padres estaban muy agradecidos y quedaron impactados porque les dijimos que tenían un hijo que la peleaba como un león", contó el médico. Vogelfang comentó que "la adrenalina se nos está yendo y nos estamos desinflando", pero, pese a eso, explicó en qué consiste un corazón artificial.
"Consiste en cánulas que van dentro del cuerpo, en el corazón que no sirve, y salen al exterior del tórax, conectándose a dos receptores del tamaño de naranjas, que reciben el impulso de una máquina programada por computadora", describió.
El médico dijo que el equipo "se desplaza con rueditas y permite al paciente desplazarse al lado del aparato, permitiéndole una muy buena calidad de vida".
La exitosa operación demandó 13 horas y el nene "estaba muy grave (por lo cual), si no recibía el corazón artificial, se moría", aseguró el cirujano.
El corazón artificial "comenzó a funcionar tal como fue previsto, pero podrá tenerlo en su organismo por un máximo de nueve meses hasta que aparezca un donante". Vogelfang dijo que en la operación trabajaron unas 20 personas que se fueron rotando por turnos.
Hasta el momento de la intervención, Felipe Cruzat sobrevivía con el funcionamiento de su propio corazón, según informó el papá del nene, Gonzalo Cruzat, a la prensa local.
La salud de Felipe Cruzat se agravó entre el viernes y el sábado pasados, lo que motivó a Becker a buscar un corazón artificial y apoyo profesional de médicos argentinos.
De inmediato, los especialistas viajaron al país trasandino y trabajaron en la cirugía que permitió conectar al niño a un
sistema externo al cuerpo del paciente, que genera impulsos neumáticos capaces de reemplazar el trabajo de los ventrículos.
Argentina fue el primer país de Latinoamérica en el que se implantó un corazón artificial. Fue en diciembre del 2005 a una beba de dos años en el Hospital Pedro de Elizalde.
La segunda operación de este tipo en la Argentina ocurrió en marzo del 2006 con un niño oriundo de General Las Heras, provincia de Santa Cruz, mientras que la tercera también se realizó en el Garrahan el año pasado a una niña de nombre Sofía.
La cirugía a Felipe Cruzat es la primera que se realiza en Chile a un niño, y fue decidida por los médicos del Hospital de la Universidad Católica, luego de que el menor esperara en vano durante 65 días la donación de un corazón.
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