Según consigna la agencia DPA, el superpetrolero, que debía evitar que la marea negra se extendiese aún más, defraudó con creces las expectativas generadas.

Ya están contaminados casi 800 kilómetros de costa en los estados de Louisiana, Florida, Mississippi y Texas, comunicó la guardia costera estadounidense.

Pero el petróleo procedente de la fuga de un pozo de perforación de la British Petroleum (BP) en el fondo del mar alcanzó también el lago de Pontchartrain, un inmenso espejo de agua salada, situado al norte de Nueva Orleans.

Un portavoz de la BP señaló que actualmente en el lugar del derrame las olas alcanzan hasta dos metros y medio de altura, por lo que es casi imposible bombear el petróleo que flota sobre la superficie del mar.

En tanto, la Marina estadounidense envió un globo aerostático de grandes dimensiones a la zona del desastre para dirigir y coordinar mejor las tareas de limpieza.

A diferencia de los helicópteros puede mantenerse en el aire mucho más tiempo, observar un área mucho más extensa y tiene capacidad para diez pasajeros.