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A través de una orden firmada por el ministerio de Gobierno de Río Negro, Diego Larreguy, el secretario de Seguridad, Víctor Cufré, y el jefe de la Polciía provincial, Jorge Villanova, fueron desplazados de sus puestos el jefe de la regional, comisario Argentino Hermosa, y el subjefe del área, comisario Fidel Veroiza, fueron pasados a disponibilidad por el Comando Superior de la Policía Provincial. En tanto, dispusieron adoptar otras medidas.

Según explicaron en un documento, la determinación se fundamenta en tres puntos, entre los que las autoridades reconocen que "ha surgido de la investigación administrativa interna que personal policial habría obtenido cartuchos de escopeta no autorizados" aunque apuntaron que no pudieron determinar si esos fueron utilizados durante la represión policial a la manifestación vecinal que se desató el 17 de junio luego del asesinato de Diego Boneffoi frente a la comisaría 28 de Bariloche, y en la que murieron Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco.

En tanto, tomaron en cuenta el hecho de que "las lesiones que habrían provocado el deceso" de los jóvenes "presumiblemente se correspondían con perdigones disparados por armas largas utilizadas por empleados policiales".

Por último, reconocieron que las órdenes dadas por el jefe de la Policía provincial a la Unidad Regional 3 de Bariloche en el marco de los pasos a seguir ante los reclamos de los vecinos de "El Alto", una de las zonas más pobres de la ciudad, por la muerte de Boneffoi, de 15 años, "no fueron cumplimentados ni retransmitidos fehacientemente como lo amerita la cadena de mandos establecida por ley".

Las autoridades nombraron al mando de la fuerza de seguridad pública de Bariloche al ex director de Seguridad de la policía rionegrina Edgardo Pérez.