La crisis sanitaria se agravó luego de que los alcaldes de los municipios afectados por la crisis rechazaron firmar un compromiso propuesto por Defensa Civil, que condicionaba la suspensión de la apertura de un nuevo vertedero, al que se oponen los vecinos de la región, al levantamiento de las protestas. El gobierno conservador de Silvio Berlusconi, mientras tanto, sigue sospechando que la mafia napolitana, la Camorra, está infiltrada en el jugoso mercado del procesamiento de desechos.

Los vecinos de la región, que se encuentra en "estado de emergencia" desde hace 16 años por falta de incineradores y de lugares para descargar los residuos, consideran que la promesa de suspender la apertura del vertedero en Terzigno no es suficiente, y reclaman que el proyecto sea descartado definitivamente, ya que sería el más grande del viejo continente y afectaría el Parque Nacional del Vesubio, donde sería emplazado, importante zona natural y arqueológica de la península.