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Fuentes policiales informaron a Télam que a raíz del asalto también resultó lesionado un tío del adolescente, quien alcanzó a escapar de los delincuentes arrojándose del vehículo cautivo. Los investigadores están convencidos de que se trató de un hecho al voleo, porque los delincuentes ni siquiera sabían que sus víctimas llevaban 100 mil pesos escondidos debajo de uno de los asientos de la camioneta Volskwagen Amarok, supuestamente destinados a la compra de otro vehículo.

El episodio se inició esta mañana, cerca de las 6,30, cuando tres albañiles oriundos de Puerto San Julián, Santa Cruz, y dos niños de 11 y 13 años, hijos de uno de ellos, se trasladaban a bordo de la camioneta, patente JNV465, por el partido de Luján. La familia había partido de una vivienda de Villa Celina, propiedad de otro familiar, rumbo a Lincoln, donde aparentemente comprarían otro vehículo.

Según las fuentes, los tripulantes de la camioneta tomaron la Autopista del Oeste, pasaron el peaje de Luján y se perdieron al llegar a las inmediaciones de la Universidad de ese distrito. Luego de dar varias vueltas por una calle paralela a la autopista e inclusive adquirir un mapa, la familia fue interceptada por un auto Nissan Tiida blanco.

Según informó a Télam la intendenta de Luján, Graciela Rosso, al analizar las imágenes de las cámaras de seguridad del peaje y las instaladas en cercanías de la Universidad, se pudo establecer que el Nissan siguió a la camioneta. Fuentes policiales agregaron que una vez que interceptaron a la familia, los delincuentes la obligaron a bajar de la camioneta y ascender al asiento trasero del Nissan.

Uno de los asaltantes quedó al volante de la Amarok, en tanto los dos restantes se quedaron con las víctimas cautivas en el auto. Los dos rodados retomaron entonces la Autopista del Oeste rumbo a General Rodríguez y, al pasar nuevamente por el peaje de Luján, una de las víctimas, Roberto Quispe, se arrojó del auto en movimiento y pidió auxilio al personal del peaje, que alertó a la Policía.

En tanto, con el resto de los cautivos los delincuentes continuaron la huida por la ruta 28, hacia Pilar. En ese momento, en el interior del auto, José Luis Quispe, de 13 años, se arrojó sobre uno de los delincuentes y comenzó a forcejear, pero éste le disparó un tiro en el pecho.

El adolescente herido y su padre, Eduardo Quispe, de 40 años, fueron liberados a la vera de la ruta, mientras que los otros dos cautivos, Elvis Quispe, de 11 años, y David Maite, de 41, fueron dejados unos metros más adelante, ilesos.

Horas más tarde la camioneta Amarok, propiedad de Eduardo Quispe, fue hallada en Martínez, en proximidades de Unicenter, mientras que el Nissan fue hallado chocado en Márquez y Rolón, en San Isidro.