El cortejo estuvo integrado por jóvenes que siguieron en motocicleta al coche fúnebre que trasladó los restos de Lucas Rotella por la ruta 9 hasta un cementerio local. Miguel Rotella, padre del joven fallecido, pidió hoy a la justicia que esclarezca el crimen y agradeció a las decenas de adolescentes y amigos de su hijo que lo acompañaron desde que anoche le entregaron el cuerpo tras la autopsia hasta el cementerio este mediodía.

En La Plata, el gobernador Daniel Scioli analizó la situación con su gabinete tras recibir un informe detallado por parte de su ministro de Seguridad y Justicia, Ricardo Casal.

En tanto, el fiscal Marcelo Manso mantenía detenido en una comisaría de San Nicolás al policía Gonzalo Knapps, acusado por "homicidio calificado". El fiscal indagará mañana al agente detenido. No se dieron a conocer los resultados de la autopsia que están en manos de Manso.

Miguel Rotella y Olga Godoy, padres del joven, se mostraron consternados por el crimen y reclamaron a la justicia el "esclarecimiento total" del caso. Rotella incluso reclamó hoy a los políticos que dejen de buscar votos cuando se acercan las elecciones y eduquen a la sociedad "empezando por arriba".

En ese marco, advirtió sobre la falta de controles "psicofísicos" periódicos a policías como el que mató a su hijo. En Baradero, señaló, "los chicos cometen tonteras pero eso no es para que lo maten por la espalda".

"No le pueden tirar con balas de plomo, esa persona estaba sumariada por amenazar a otros chicos", remarcó y admitió que en esa ciudad "el 99 por ciento de los chicos andan sin casco en Baradero, así de simple".

En 2010 un agente de tránsito persiguió y encerró con una camioneta municipal a la moto de una pareja de adolescentes por no respetar las normas de tránsito. Entonces, la policía local fue relevada en el control vial por algunas semanas y se prometieron reformas para modificar la forma autoritaria de los efectivos de vialidad denunciada por los vecinos. El gobierno provincial también había lanzado entonces una serie de medidas para controlar las normas viales.

El intendente Aldo Carossi, que en 2010 estuvo al borde de ser expulsado de su cargo mediante un juicio político, advirtió hoy que "no hay motivo posible para justificar" la muerte del joven asesinado.

"Fue un homicidio aberrante, evitable. Es un hecho en el que nadie puede establecer cuáles son las razones que llevaron al policía a terminar con la vida de este chico", añadió Carossi.

Y señaló que en su ciudad persiste "la problemática del uso de casco y uso de motos. Hay una ley que la población no la recepta. Nadie usa casco, incluso los chicos".