En Trieste, en el norte del país, unas 3.000 personas participaron en la marcha en la se reclamó la renuncia del jefe del gobierno, Silvio Berlusconi.

Están previstas más manifestaciones en ciudades de todo el país, e incluso en el extranjero, como en Tokio, donde un centenar de personas protestaron ante el centro cultural italiano.

Numerosas italianas piensan que la imagen que se desprende del escándalo sexual Rubygate, en el que Berlusconi está acusado de haber pagado por los servicios de una prostituta menor de edad, es la gota que colmó el vaso.

La Fiscalía de Milán solicitó el miércoles procesar inmediatamente a Berlusconi, pero éste dejó claro que no tiene intención de sentarse en el banquillo de los jueces milaneses a los que acusa de tendenciosos y de actuar "únicamente con un objetivo subversivo" para expulsarle de su cargo.

El Cavaliere está acusado de haber utilizado los servicios sexuales de Ruby, la joven marroquí Karima El Mahroug, cuando era menor de edad, y de interceder ante la policía para liberarla tras ser detenida por presunto robo en mayo pasado.