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Bertone denunció una "campaña de desprestigio" contra su candidatura, llevada a cabo a través de cadenas de mail y de mensajes de texto que intentaron "infundir miedo en el electorado". La diputada nacional explicó que a través de esas comunicaciones "se le intentó hacer creer a la gente que si llegamos al gobierno rebajaremos los sueldos, nos desprenderemos de la caja de jubilaciones o formaremos gabinete pagando favores políticos".

La candidata kirchnerista también acusó al actual gobierno de "apretar empleados públicos con que van a perder su trabajo o serán perseguidos si nos votan a nosotros". "Intentan manchar nuestro buen nombre y honor porque no saben gestionar ni resolver los problemas de la gente", atacó la dirigente que se impuso en la primera vuelta electoral por 9 puntos de diferencia.

Por su parte la gobernadora Ríos consideró que las denuncias de su adversaria política son "absolutamente infundadas" porque "si hay algo por lo que no se caracteriza esta gestión es por agraviar a los demás". No obstante, la mandataria se diferenció de Bertone al declarar que el domingo se elegirá "entre sostener el cambio producido por nosotros o volver hacia atrás, con prácticas como negarse al debate y a la confrontación de ideas".

"Los verdaderos protagonistas del ballottage son los ciudadanos fueguinos y no los candidatos. Ellos son los que definirán si ratifican un cambio o producen otro", aseveró Ríos.

Las postulantes que pugnan por acceder al sexto mandato constitucional desde la creación de la provincia en 1991 terminaron la campaña en un clima de enfrentamiento personal. Una radio de Ushuaia intentó hoy que ambas se saludaran al aire antes de los comicios, pero Bertone no aceptó: "después de las cosas que nos están haciendo, no estoy dispuesta a seguir recibiendo agravios", se justificó.

La actual diputada recibió en las últimas horas el acompañamiento de varios sectores ligados al Partido Justicialista, fuerza de la que se había desligado para presentarse por el Frente para la Victoria. "Son apoyos que no he ido a pedir. El que me quiera acompañar que lo haga, pero las decisiones del gobierno no van a estar atadas a los apoyos recibidos", aclaró la postulante del kirchnerismo. Y agregó que "no tengo pagos políticos que hacer ni condicionamientos de ninguna clase, lo que me ha permitido llegar bien a la elección y formar un gabinete como no se ha visto antes en Tierra del Fuego".

En tanto, Ríos concentró sus energías en captar los votos en blanco, que constituyeron el 11,33 por ciento de votantes en la primera vuelta, y en convencer a más fueguinos de que acudan a emitir su sufragio, ya que el último domingo sólo lo hizo el 66,2 por ciento del padrón habilitado.