"Hemos dado plazo hasta el sábado en Sirte y otras ciudades a los fieles a Khadafi para que se rindan", dijo el presidente del Consejo, Mustafa Abdel Jalil, luego de que se supiera que aviones de la OTAN destruyeron en esa ciudad tres centros de comando, cuatro radares, dos vehículos militares y sistemas de misiles tierra-aire y de defensa antiaérea de las fuerzas leales al coronel.

El portavoz militar de los rebeldes, Ahmed Omar Bani, dijo que "hasta ahora no llegó ninguna propuesta de rendición pacífica" por parte de las huestes de Khadafi y adelantó que "la batalla final es inminente".

Por otra parte, luego de que se supiera que parte de la familia del aún líder libio viajó a Argelia, Jalil enfatizó que entre ese país y Libia "no existe ningún acuerdo para la extradición de criminales". "No creo que Argelia dé asilo a personas buscadas por la justicia internacional", sostuvo durante una conferencia de prensa en Benghazi, el bastión de los rebeldes.

También negó que en Libia se convoquen a fuerzas humanitarias para contener la situación de crisis social en que se encuentra sumido ese país durante la guerra iniciada en marzo, aunque ratificó la presencia de fuerzas militares internacionales.

De hecho, la portavoz de la Alianza Atlántica, Oana Lungescu, afirmó que las operaciones militares de la OTAN siguen siendo "necesarias" y se mantendrán mientras lo requiera la tarea de protección de la población. "Nuestra misión es importante, eficaz y todavía necesaria. Mientras persista la amenaza contra la población civil nuestro trabajo no estará terminado", sostuvo la vocera.