Domingo, 6 de mayo de 2012 | Hoy
18:27 › CAMBIO DE RUMBO
En su primer discurso como presidente electo, por el 51,7 por ciento de los votos, el socialista François Hollande aseguró que "la austeridad no puede ser una fatalidad" en el contexto de la crisis económica que vive el Viejo Continente. "Al momento en que el resultado fue proclamado, estoy seguro que en no pocos países europeos se sintió un alivio", apuntó Hollande, quien marca la vuelta del socialismo a la presidencia de Francia y un vuelco a la izquierda en Europa. Poco después del cierre de los comicios, el presidente, Nicolás Sarkozy, había reconocido su derrota frente al candidato socialista y anunciado su alejamiento de la política.
"Hoy, soy el responsable del porvenir de nuestro país, pero sé también que Europa nos mira. En el momento en que el resultado fue proclamado, estoy seguro que en no pocos países europeos se sintió un alivio, una esperanza, la idea de que por fin la austeridad no puede ser una fatalidad", declaró el presidente electo.
Por su parte, Sarkozy reconoció la derrota y consideró que se abre una nueva época: "Asumo toda la responsabilidad de la derrota. Tengo que sacar las conclusiones (...) Cuando hay una derrota, el número uno tiene que asumir la responsabilidad". El mandatario saliente confirmó además que se retirará de la primera línea de la política. "Tras 35 años en la política, tras diez años, los diez años en los que trabajé para el gobierno y cinco años al frente del Estado, mi compromiso será diferente. Me preparo para volver a ser un francés entre los franceses", aseguró.
Hollande se convirtió en el segundo presidente socialista de la V República Francesa --fundada por el general Charles De Gaulle en 1958--, después de François Mitterrand, mientras que Sarkozy pasa a engrosar la lista de víctimas políticas de la crisis europea, en la que figuran el socialista español José Luis Rodríguez Zapatero, el portugués José Socrates, el británico Gordon Brown, el italiano Silvio Berlusconi y el griego Giorgos Papandreu.
La campaña en Francia, segundo motor de la Eurozona después de Alemania, estuvo marcada por la crisis financiera, que castiga duramente a países como España, Grecia, Italia y Portugal, y por cuestiones como la inmigración y la seguridad en las fronteras, temas que provocaron recelo en algunos socios del bloque. Hollande había exhortado a sus compatriotas a darle una amplia victoria este domingo para poder tener "toda la capacidad y los medios para actuar".
Esta mañana, Hollande, de 57 años, votó en Tulle, pueblo de la región natal de Correze donde fue alcalde. En el lugar fue aclamado por más de una centena de vecinos, a quienes saludó uno por uno. Por su parte, Sarkozy, junto a su mujer, la modelo Carla Bruni, sufragó en una escuela del distrito 15 de París poco antes del mediodía.
El ministerio del Interior informó que la tasa de participación a las 17 locales (12 de Argentina) era del 71.9 por ciento, lo que representa una caída de casi cuatro puntos respecto de la segunda vuelta de los comicios de 2007 a la misma hora, cuando se registró un 75,1 por ciento. Sin embargo, este número constituye un alza de casi dos puntos respecto de la primera vuelta -celebrada hace dos semanas- en que el porcentaje de votantes a esta hora ascendía al 70,5 por ciento.
En la primera vuelta del 22 de abril pasado, Hollande fue el ganador con el 28,63 por ciento, mientras que Sarkozy quedo segundo con el 27,18 por ciento, una diferencia de 560 mil votos.
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