El ajuste en sanidad incluye el retiro de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes "sin papeles", que desde el 1 de septiembre no tendrán la misma atención médica que goza el resto de los españoles y sólo serán atendidos en urgencias y en caso de parto. También incluye, entre otras medidas, el copago farmacéutico, que por primera vez tendrán que asumir. La excusa es que España atraviesa "un momento excepcional y de urgencia", según justificó la ministra de Sanidad, Ana Mato, que defendió los recortes.

En tanto, el "tijeretazo" en educación incluye una suba en las cuotas de universidades privadas, el aumento de alumnos por clase en la enseñanza no universitaria y un incremento de las horas lectivas para los profesores, lo que según la oposición llevará a despidos masivos. "Ésta es la respuesta excepcional del gobierno a unas circunstancias excepcionales, desafortunadas", manifestó el ministro de Educación, José Ignacio Wert.