Con reiteradas críticas al gobierno nacional, Moyano denunció que las obras sociales habían dejado de pagar las cuotas y los transportes de “los hijos de los trabajadores con capacidades diferentes” y le propuso a la Presidenta que les redujera el sueldo a los ministros y a los funcionarios para afrontar los gastos que demanda su atención. Luego recordó que Juan Domingo Perón, hace 62 años, había dicho que su gobierno no regalaba nada, que “si los trabajadores van construyendo los peldaños de su dignidad es porque se lo merecen”, y que “sería angelical y estúpido que tratáramos de hacer los dirigentes a dedo desde el Gobierno; el que procede así no sabe de conducción e irá indefectiblemente al fracaso”, parafraseó el camionero.

En otro tramo de su discurso, el secretario general de la CGT Azopardo afirmó que “cada vez estamos más convencidos que el camino que hemos iniciado es el más correcto: podemos equivocarnos pero siempre que estemos al lado de los trabajadores”. En un tono ostensiblemente opositor, Moyano pidió que todos los presentes llevaran en “su memoria y en su corazón” el 17 de octubre, porque “después del 45 no aceptamos más que se explote a los trabajadores”. Por último, dijo que “el peronismo no es revanchista”, y “como camionero le digo a la Presidenta que mire hacia delante, no por el espejo retrovisor porque se va a llevar a alguien por delante”. “La gran mayoría de los argentinos está de acuerdo con nuestros reclamos: está cansada de tener miedo y desconfianza. (…) Terminemos con los odios y las revanchas”, agregó, y finalizó afirmando que “vamos a encuazar el voto de los trabajadores para que este país merezca ser vivido por todos los argentinas”.