A diferencia de las de ayer y anteayer, en la marcha de la jornada no se registraron incidentes entre críticos y adherentes a Mursi, que esta vez optaron por no salir a las calles. "Que caiga el gobierno", "Viva Egipto" y "Vete Mursi Mubarak" fueron algunas de las pancartas que levantaron por las calles de la capital del país.

Las movilizaciones tuvieron lugar en distintas zonas, como la plaza Tahrir, las mezquitas Nur y Rabaa al Adauiya, en los barrios de Abasiya y Madinat Nasr, respectivamente, y del distrito de Shubra. Y decenas de ambulancias estuvieron estacionadas en los alrededores del palacio presidencial, para atender los posibles desmanes que, como el miércoles, dejaron al menos siete muertos y decenas de heridos.

El primer presidente islamista desató una crisis el mes pasado al firmar un decreto constitucional en el que ampliaba sus poderes para hacer sus decisiones inmunes a la revisión judicial, pero la crisis se agudizó la semana pasada cuando convocó para el 15 de diciembre un referéndum sobre el borrador de Constitución elaborada por las fuerzas islámicas.

Mursi invitó al diálogo a la oposición en su discurso del anoche, pero al mismo tiempo dejó claro que no se realizará ningún cambio en el borrador de la Constitución, que principalmente han formulado políticos islámicos, y aseguró además que no se aplazará el referéndum.

Ante estas condiciones, el coordinador del Frente Nacional de Salvación, Mohamed Al Baradei, señaló: "Mursi ha cerrado la puerta". Un diálogo con el mandatario no es posible porque no está dispuesto a llegar a un compromiso". Además, instó a los egipcios a que participen en las manifestaciones en nombre de la coalición opositora de fuerzas de izquierda y liberales.

Mientras tanto, seguidores de partidos islámicos acudieron al funeral de tres seguidores de los Hermanos Musulmanes muertos en enfrentamientos con manifestantes rivales. Gritaban: "Con nuestro alma y nuestra sangre te defendemos, Islam".

Por otra parte, la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navy Pillay, consideró que en el borrador de la nueva Constitución egipcia hay una serie de elementos preocupantes. Por ejemplo, el texto no prohíbe explícitamente, la discriminación por motivo del sexo, origen o religión, dijo en Ginebra. "Garantizaría algunos derechos humanos, pero también hay algunas omisiones y aspectos sin aclarar que son preocupantes", señaló.