Los manifestantes aseguraron que los policías utilizaron gas pimienta para dispersarlos del campamento, tras lo cual quedaron decenas de jóvenes detenidos. La policía retiró a primera hora de la mañana las vallas en el popular barrio comercial de Mong Kok, en la península de Kowloon, y acabó con el bloqueo de varias calles importantes, sin que se produjeran enfrentamientos violentos.

Todo ocurrió sólo unas horas después de que el jefe de gobierno de Hong Kong, Leung Chun-ying, tendiera la mano al diálogo a los opositores. Muchos de ellos consideraron una provocación que después de ello enviara a la policía a desmantelar el campamento.

Los manifestantes exigen más democracia en la región de administración especial china. Pekín quiere permitir por primera vez en la antigua colonia británica la celebración de elecciones directas en 2017 pero se niega a conceder la nominación libre de candidatos.