El comisionado municipal de asuntos de memoria histórica, Xavier Domènech, argumentó que la esfigie de Juan Carlos "no responde ni cumple la legislación vigente" al no desempeñar ya la jefatura de Estado, que recae desde hace un año en su hijo Felipe VI.

La retirada del busto es la primera medida de una serie de actuaciones más amplias en este sentido que quiere aplicar el nuevo ayuntamiento, gobernado por la plataforma Barcelona en Comú, surgida del movimiento de los "indignados" y con el apoyo de Podemos.

Las actuaciones podrían afectar al resto de símbolos monárquicos presentes en el ayuntamiento así como a las calles de la ciudad, muchas de ellas dedicados a miembros de la realeza española.

"Barcelona es una ciudad con una larga tradición republicana que no ha sido suficientemente reconocida", dijo Pisarello. Este gesto se produjo el mismo día en que Ada Colau se encontró por primera vez con Felipe VI, quien en su año de mandato ha tratado de mejorar la imagen y transparencia de la institución, muy desprestigiada por algunos escándalos en los últimos años de reinado de Juan Carlos.