"No tengo remordimiento por el derrocamiento de Saddam, no", dijo Blair en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Irak, Jalal Talabani, y su par iraquí Nuri al Maliki.

El primer ministro británico declaró que "Irak fue liberado de la terrible dictadura de Sadam y ahora hay intentos de opresión de distinta índole, con terrorismo y violencia", sostuvo en referencia a la violencia que reina en este país de Medio Oriente.

El mandatario también indicó que "hay sucesos que ocurren en diferentes partes de Irak que nos dan motivos para la esperanza", aunque advirtió que "es importante que sigamos tomando todas las medidas necesarias contra cualquiera que use la violencia y el terrorismo para frustrar el progreso".

En tanto, el escocés, quien también renunciará a la presidencia del Partido Laborista, afirmó que "las fuerzas que combaten en Irak -Al Qaeda y elementos respaldados por Irán- son las mismas fuerzas que estamos combatiendo en todas partes".

Según un vocero de Blair, el primer ministro mantuvo una reunión con Al Maliki en la que le pidió que convoque a nuevas elecciones provinciales y en las que se incluyan a los grupos vinculados a la violencia.

La misma fuente también señaló que el renunciante líder laborista está dispuesto a seguir colaborando con Bagdad después de que deje su cargo el 27 de junio, y les aseguró que su sucesor, Gordon Brown, seguirá respaldando al gobierno de Irak.

El premier británico llegó a la capital iraquí a primera hora de hoy en un avión que aterrizó en la "zona verde" de la ciudad, el barrio donde se encuentran las embajadas y las oficinas del gobierno local, un lugar fuertemente custodiado.

Poco después del arribo, el fortificado territorio sufrió un ataque de mortero, en el cual un total de tres proyectiles impactaron en la zona e hirieron a una persona, informó el vocero de la Embajada estadounidense, Lou Fintor, mientras que un cuarto proyectil cayó a las afueras de la zona verde.

Blair realizó anteayer su última aparición en la Casa Blanca como primer ministro británico, con el fin de reivindicar la política que compartió con el presidente George W. Bush.

Al respecto, el ex presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, criticó duramente al saliente premier debido a lo que calificó como "política servil" para con las acciones propuestas por Bush.

Carter definió como "una gran tragedia para el mundo" el respaldo de Blair, "que no tuvo casi vacilaciones" ante las "políticas mal aconsejadas del presidente Bush en Irak".

El año pasado Carter se había mostrado "desilusionado" por el hecho de que Blair no haya usado su influencia sobre Bush de un modo "más sabio".

Fuente: Télam