Los prófugos no fueron encontrados en los inmuebles que están fichados como suyos en la investigación y todo apunta a que ambos se encuentran en los Estados Unidos, indicaron voceros policiales.

De acuerdo a información de la causa, el teniente Bravo se encuentra en ese país desde fines de la década del 70 aunque hasta el año pasado cobró un retiro a través de un familiar directo, trámite que dejó de hacerse por motivos que no especificados.

Respecto al otro prófugo, se sabe que el cabo primero Carlos Marandino está también en Estados Unidos desde el mes pasado y se esperaba que para esta semana que concluye regresara, lo cual no se concretó.

El comisario Julio Blanco, jefe de la división "drogas peligrosas y leyes especiales" que fue comisionado para que siga la pista de los buscados, reconoció ante la prensa que "no hay novedades por ahora" de los dos que quedan libres por la matanza de militantes políticos.

Mientras tanto, son vigiladas las propiedades que Marandino posee en la provincia de Santa Fe (entre ellas una suntuosa vivienda) que están relevadas y fotografiadas en el "dosier" que elaboraron los detectives.

La presencia de ambos en los tribunales locales se tornó mas necesaria que nunca, teniendo en cuenta las declaraciones que formuló el miércoles el ex jefe de la base, Capitán de Navío (R) Rubén Norberto Paccagnini (81) y lo aportado el jueves por el ex Capitán de Corbeta (R) Luis Emilio Sosa (73).

Ambos hacen referencia en sus indagatorias a la presencia de Bravo y Morandino en la madrugada del 22 de agosto de 1972 en la zona de calabozos donde mataron a los 16 militante que estaban alojados en ocho pequeñas celdas separadas por un estrecho pasillo, aunque los declarantes aseguran que nada tienen que ver con los disparos.