Los consejeros del bloque mayoritario en la UBA y quienes comparten el entorno del vicerrector Aníbal Franco consideran que se moderaron algunos de los frentes de conflicto abiertos en la universidad. Tres fueron los hechos que ayer leían como avances políticos en su beneficio. Primero, las declaraciones del ministro Daniel Filmus, negando una posible intervención de la institución y considerando que está encaminada una solución a la crisis. Segundo, la participación de los cuatro decanos opositores en las comisiones del Consejo Superior, pese a que sostienen sus cuestionamientos a la forma en que fue designado el vicerrector. Y tercero, la escasa convocatoria reunida por la FUBA en la marcha realizada la noche del miércoles para reclamar la salida de Franco. Sin embargo, anoche se abrió una nueva incógnita cuando Sociales votó desconocer al vicerrector (ver aparte). Y, por fuera de la crisis política, se abrieron otros focos de tensión de diferentes signos pero relacionados con aspectos presupuestarios: por un lado, el equipo del vicerrector informó haber hallado cierto desorden administrativo en el rectorado; por otro lado, se denunció que hay 45 prestigiosos profesores de Filosofía y Letras que no cobran su salario desde hace dos meses.

Durante esta semana se reunieron las comisiones de trabajo del consejo que gobierna la UBA. El martes fue el turno de la abocada a tratar la reforma estatutaria de la universidad y allí fue notoria la ausencia de los decanos del espacio de izquierda y centroizquierda, quienes consideran ilegítima la sesión que designó a Franco y creó esa comisión. Pero el miércoles, cuando se reunieron las comisiones permanentes del consejo –las que gestionan los asuntos académicos y administrativos de la casa–, los decanos de Arquitectura, Filosofía y Letras, Sociales y Exactas sí participaron. La idea del bloque mayoritario que integran radicales, peronistas y otros aliados es avanzar con la gestión de la universidad y organizar una sesión ordinaria del Consejo Superior para el miércoles 21. Allí sólo se tratarían los despachos de las comisiones. Y se postergaría –al menos una semana más– la sesión que debería ponerle fecha a la elección del rector.

Mientras, el vicerrector Franco inició en los últimos días una evaluación presupuestaria de la universidad y, en particular, del rectorado, para precisar el origen de un déficit que este año rondaría los 100 millones de pesos. “Habiendo encarado esta tarea surgieron numerosos puntos en el presupuesto en los cuales la falta de eficiencia en la gestión de los recursos propios de la universidad ocasionó una disminución en los ingresos con los que cuenta la UBA”, señala un informe elaborado por el equipo del vicerrector, que, sin hacerlo explícito, apunta a “la herencia recibida”. Los siguientes son algunos de los ejemplos detallados:

- Incremento del personal de rectorado. De 15 autoridades en 2002 se habría pasado a 21 en 2005. En el mismo lapso, los cargos no docentes habrían trepado de 1189 a 1613, y los contratos de locación de servicios de 91 a 289.

- Déficit del albergue que tiene la universidad en Villa La Angostura. Si bien los ingresos generados por el Albergue Inacayal se incrementaron entre 2003 y 2005, los egresos habrían crecido en mayor proporción.

- Ineficiencia en el manejo de la playa de estacionamiento ubicada en Paraguay y Azcuénaga. A pesar de su ubicación estratégica y de su capacidad para 387 autos, los ingresos anuales sufrirían variaciones irregulares: 1,1 millón en 2001, 483 mil en 2002, 713 mil en 2003, 904 mil en 2004 y otra vez 1,1 el año pasado. Para el actual, se prevé un ingreso de 986 mil pesos, aun cuando medió un incremento del 25 por ciento del valor de la hora-auto (pasó de 2 a 2,5 pesos).

El informe insiste en que los datos “no responden a problemas de corrupción sino a falta de eficiencia” administrativa y en que las soluciones “no implicarán de ninguna manera reducción de personal”, sino “un reordenamiento de los mecanismos de gestión”.

Al margen, pero también en relación con la situación administrativa de la UBA, el gremio docente de la Facultad de Filosofía y Letras denunció que 45 profesores no cobraron el sueldo ni en abril ni en mayo. Los damnificados son reconocidos docentes, entre ellos, David Viñas, el ex decano Félix Schuster, Eduardo Romano, Roberto Yanhi y Regula Rolhand. “Se trata de docentes contratados, en su mayoría profesores consultos o eméritos o que están a la espera de su nombramiento como tales –explicó Fabiola Ferro, del gremio AGD–. Son docentes jubilados, que perciben haberes jubilatorios miserables, y que no sólo quieren seguir trabajando sino que, en muchos casos, además se ven obligados a hacerlo para poder percibir un salario complementario y seguir recibiendo las prestaciones de la obra social.” Los profesores son interinos cuyos contratos todavía no fueron renovados por el Consejo Superior, pese a que vencían en marzo. “Dicen que el tema no se pudo tratar porque estuvo paralizado el consejo, pero es mentira –dijo Ferro–. Deberían haberlo tratado en febrero.”