UNIVERSIDAD › OPINION

Fubismo socialista

 Por Gabriel Solano *

Los autores de la nota “Ni neofubismo ni restauración”, publicada en Página/12 el pasado martes 8, hacen gala de un “medio pelo” (Jauretche dixit) al cuadrado, o sea, social y cultural. Despliegan una suerte de macaneo histórico, que se acomoda a la posición de Kirchner en la crisis universitaria. Los firmantes parecen desconocer que el “fubismo”, es decir la corriente gorila que era predominante en el movimiento estudiantil en la década del ’50, era al mismo tiempo “restauracionista”. Enfrentaba a Perón no desde el punto de vista de los intereses históricos de la clase obrera (el socialismo), sino desde la perspectiva del liberalismo de la década infame. El “fubismo” apoyó el golpe de la Fusiladora para “restaurar” esos intereses.

La FUBA actual, en cambio, está a la vanguardia de la lucha contra el “restauracionismo” que Kirchner pretende cooptar. La dirección del movimiento estudiantil está estrechamente ligada a todos los procesos populares. No por nada, en los Coto, los McDonald’s y en la propia universidad la llaman “FUBA piquetera”. En lo que se refiere a la UBA, la FUBA lucha contra el “restauracionismo” y el “continuismo”, o sea contra los que gobernaron en los últimos veinte años. Es que siguen manejando los hilos del poder los responsables de la crisis y la degradación de la mayor universidad de nuestro país. Es una clonación del kirchnerismo, poblado de funcionarios menemistas y cavallistas.

De todas maneras, estos “neoantifubistas” separan la FUBA de la “restauración”. Ellos, en cambio, se ubican en el medio. Quizá sea por eso que apoyen como candidato al rectorado de la UBA al decano de Medicina, Buzzi (quien hasta hace algunas semanas apoyaba a Alterini), en un acto típicamente “restauracionista”. Quizá sea por eso, además, que forman parte de la gestión del decano de Ingeniería, Rosito, cuyo objetivo es “restaurar” el poder de la camarilla de Techint en esa facultad, que había sido afectado durante la gestión de Bruno Cernuschi Frías.

Los 51 años transcurridos desde el golpe de la Fusiladora no han pasado en vano. Hoy la FUBA se ha transformado en una organización de lucha a favor de los intereses populares contra los poderes establecidos, mientras sus críticos kirchnerianos son agentes y portavoces de la “restauración continuista” privatizadora.

* Dirigente de la Unión de Juventudes por el Socialismo y del Partido Obrero, agrupación que integra la conducción de la FUBA.

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