Martes, 20 de marzo de 2007 | Hoy
UNIVERSIDAD › SUSPENDIERON LAS CLASES POR UNA GRESCA ENTRE MILITANTES ESTUDIANTILES
Por ver quiénes ponían sus carteleras en el lugar más favorable, estudiantes de izquierda y kirchneristas se pelearon en la nueva sede de la facultad de la UBA. En rechazo a la violencia, las autoridades postergaron hasta hoy la inauguración y el inicio de las clases.
Por Javier Lorca
Difícil imaginar un estreno peor para el largamente esperado y reclamado nuevo edificio de Ciencias Sociales (UBA): una discusión entre militantes estudiantiles por ver dónde ponía cada agrupación sus mesas y carteles derivó el sábado en una violenta gresca, que dejó varios alumnos golpeados, aunque ninguno de gravedad. En rechazo a “cualquier tipo de violencia que pretenda reemplazar el diálogo”, y para preservar la seguridad de las 30 mil personas que integran la comunidad académica de la casa, las autoridades de Sociales suspendieron las clases que debían empezar ayer y cerraron por un día las tres sedes de la facultad. Hoy las actividades deberían volver a la normalidad, pero hasta anoche no estaba claro qué harán las agrupaciones ni dónde ubicarán sus petates.
Recién culminada la primera etapa de las obras en la ex fábrica Terrabusi, con 13 mil metros cuadrados habilitados y 17 aulas de planta baja y 1er. piso listas para los alumnos de Trabajo Social y de los posgrados –los adelantados de las cinco carreras de Sociales–, el futuro edificio único de la facultad iba a ser inaugurado ayer, con un acto en el que se esperaba la participación del ministro de Educación, Daniel Filmus. Antes, durante la semana pasada, debía terminar la mudanza de muebles y oficinas, y resolverse la distribución de los espacios entre las 17 agrupaciones políticas de la casa de estudios.
El reparto se preveía complejo, porque dos bloques disputan la conducción estudiantil de Sociales y ninguno quería resignar visibilidad. Para entender el conflicto interno hay que saber que, mientras el centro de estudiantes es conducido por un frente de izquierda (Oktubre), la mayoría de los consejeros en el cogobierno institucional está en manos de una alianza de independientes y peronistas kirchneristas (FEU).
En ese contexto, el gobierno de la facultad, encabezado por el decano Federico Schuster, había pautado que las agrupaciones podrían ocupar cualquier lugar excepto el hall central –reservado para información institucional–, las escaleras, puertas, ventanas, salidas de emergencia y otros sectores involucrados en cuestiones de seguridad, como la señalética y los matafuegos. Incluso, se adquirieron carteleras –todas del mismo tamaño– para que las agrupaciones evitaran escribir o ensuciar las paredes. Lo único que debía acordar la militancia era el lugar que ocuparía cada cual, ya que rechazaron la propuesta de sortearlo. Pero no hubo caso. El miércoles pasado, un intento de consensuar fue aceptado por la mayoría de las agrupaciones, excepto por los peronistas de la Vallese. “No podíamos acordar nada porque parte de Oktubre ya había entrado al edificio y ocupado un lugar en forma irregular”, sostuvo Christian Bay.
Así que la tensión se trasladó a un encuentro realizado el sábado, desde temprano, en el flamante edificio ubicado sobre Santiago del Estero al 1000, en Constitución. A las 10 empezó una reunión entre funcionarios de Sociales y un dirigente por cada agrupación: Izquierda Socialista, PO, El Viejo Topo, PTS, MAS, MST, Prisma, Demos, El Andamio, Franja Morada, La Vallese, Lucía Cullen, 29 de Mayo, El Mate, Contrahegemonía, Alternativa Académica y SUR. Después de horas de discutir en forma más o menos civilizada, pasadas las 15, los militantes que esperaban sobre la vereda forzaron el portón, irrumpieron en el edificio y todo se desbandó. Los funcionarios de Sociales salieron e invitaron a todos a hacer lo mismo. Hubo golpes y forcejeos, corridas y empujones, en especial entre militantes del PO y la Vallese. Se informó que una estudiante debió ser atendida por un esguince, pero no hubo mayores daños ni entre los alumnos ni en el edificio.
“Algunos pueden interpretar lo ocurrido el sábado como una simple pelea entre agrupaciones, pero en tanto autoridades de la institución no podemos permitir ningún tipo de agresión física dentro de nuestras sedes y no podemos exponer a los miles de docentes, estudiantes y trabajadores administrativos a situaciones como las que se sucedieron”, expresó a través de un comunicado el gobierno de Sociales, que decidió extender un día el cuatrimestre. También se explicó que con la inactividad académica y administrativa se apostaba a promover “una jornada de reflexión sobre la cultura política e institucional” de la facultad.
Ninguna de las agrupaciones estudiantiles se responsabilizó por la gresca. Sí se culparon entre sí. María Chaves (Oktubre) acusó a los militantes de La Vallese de “utilizar los métodos de la burocracia peronista, amparados por la gestión de la facultad”. Y, con una declaración, La Vallese respondió que el episodio fue “una muestra más del autoritarismo patoteril que caracteriza a Oktubre en general y al Partido Obrero en particular”.
Las agrupaciones coincidieron en criticar a las autoridades por haber cerrado las sedes de Sociales. En el mismo sentido se manifestó la gremial docente AGD: “El cierre de la facultad en todas sus sedes no constituye ni el mejor gesto de rechazo a los acontecimientos ni contribuye a la reflexión general. Antes bien, deja afuera a la comunidad de Sociales, impidiendo la discusión sobre lo que ocurriera el sábado pasado y, sobre todo, de lo que significa la crisis edilicia de Sociales que la nueva sede... no alcanza a resolver”.
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