“No soy alguien demasiado conocido por fuera de un círculo bastante estrecho; de ahí que mi nombre sea maltratado en las formas más inverosímiles: Gramasci, Granusci, Grámisci (...) con las formas intermedias más bizarras”, escribía Antonio Gramsci en una carta de 1927. Un siglo después, el círculo se ha ampliado bastante, pero sigue habiendo baches importantes, zonas oscuras en la difusión de sus escritos. Dos libros de reciente publicación redescubren parte de esas obras. Editorial Gorla reúne en Crónicas de Turín, por primera vez en castellano, artículos firmados en periódicos por Gramsci entre 1914 y 1917, años clave para la historia europea vistos desde “la mirada de un joven observador comprometido con la realidad del socialismo y la construcción del proletariado italiano”, en palabras de Patricia Dip, traductora de los textos. En cambio, en Escritos sobre el lenguaje, la editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero rescata y visibiliza, buceando en fuentes diferentes (la prensa, el epistolario y, sobre todo, los Cuadernos), los textos referidos a la lengua, “un problema heterogéneo y conflictivo que lo obsesiona”, anota Diego Bentivegna en el estudio preliminar.