Hay algunas cosas que me preocupan, y mucho, cuando escucho a un amigo o en la radio algunos mensajes que reciben con gente enojada que putea a los políticos. No creo que les falten razones para estar enojados, pero lo que me preocupa es que me da la sensación de que ellos, los enojados, no parecen hacerse cargo de ninguna responsabilidad en que estos políticos hayan llegado a estos cargos.
Y no me refiero, solamente, a que han sido votados. Me refiero a la actitud de no compartir la responsabilidad en haber permitido y hasta ayudado en que esa clase política se formara.
Creo que necesitamos dar un paso atrás y no limitarnos a pensar en los políticos de porquería que tenemos, sino que deberíamos pensar en nuestras actitudes y en cómo ellas permitieron que surja esta clase.
Una reflexión detallada sobre nuestras actitudes cotidianas nos permitirá descubrir que no somos tan distintos a ellos, sólo que en otra escala.
• “Cometeamos” a la policía cuando nos hacen una boleta. Pero nos quejamos cuando otros “cometean” a un funcionario (¿y el policía no es un funcionario?).
• Evadimos impuestos o pagamos y/o cobramos sueldos en negro. Pero puteamos cuando los funcionarios tienen sobresueldos (sueldos en negro que no pagan impuestos).
• Usamos los materiales del trabajo para uso propio, lapiceras, papel o cosas mayores, etc. Pero, otra vez, exigimos transparencia en el uso de los bienes del Estado.
• Si nos ofrecen un “curro” o “rebusque”, no importa que no cumpla con la ley totalmente, sólo importa que nos “salvamos” este mes. Pero no queremos que los funcionarios hagan lo mismo.
O sea que a nuestra mínima escala hacemos cosas muy pero muy, parecidas a las que los defenestrados políticos hacen.
A esta altura ya me pregunto... ¿nosotros nos quejamos de la corrupción del Estado o nos quejamos de no poder participar en ella?
Manuel Sabariz
DNI: 15.111.304