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Juan Terranova:

Hoy vivimos en forma joyceana, una forma fragmentaria, irracional, tartamudeante. La literatura debe recomponer el panorama de lo real o resignarse a pasar desapercibida. Es preciso incorporar las técnicas de los medios de comunicación, sondearlas y explotarlas en la lectura recogida. Es necesario que crucemos el terreno del “enemigo” y le arrebatemos sus armas. Yo, como Hegel, aspiro a ser contemporáneo de mí mismo.
Fragmento de El caníbal.


Shila Vilker:

... Que quién dijo que con este libro sos libre, que podés leer por donde querés hasta donde querés, que allí está todo, que si todo lo aprendés de todo sabrás, que se pueden calcar los mapas y transcribir las historias de los países, que se pueden copiar los escudos y mirar las obras del mundo.
Fragmento de Le digo me dice.

Maximiliano Matayoshi:

... unos chicos que jugaban al fútbol dejaron escapar la pelota, que se detuvo cerca de mí. Che, chino, pasame la pelota. La pateé pero de alguna forma no se dirigió hacia donde yo quería. Chino boludo, volvé a China, chin chun li, gritaron y dejé de escuchar los insultos.
Fragmento de Giajin.

Samanta Schweblin:

El enemigo ha sido audaz, y no quedan alternativas. Guerreros superiores y esposas han enseñado durante años la lección de incorporarse de inmediato ante las primeras notas del Himno Nacional. No es obediencia sino dolor lo que incorpora de uno en uno a la clientela derrotada. Permanecen en el lugar, alertas, pero ya sin esperanzas.
Fragmento del cuento “La pegajosa baba de un sueño de la revolución”, en El núcleo del disturbio.