DEPORTES › LA RUTA DEL DINERO DE LOS SOBORNOS EN FIFA

Hacémelo en dos pagos

Cómo llegó en cómodas cuotas a la cuenta del presidente de la Conmebol la coima que le dio ISL, la compañía de marketing de la FIFA. El paraguayo lo niega, pero los jueces creen otra cosa.

 Por Pablo Vignone

Nicolás Leoz lo niega todo, pero quizá ni siquiera necesite echarles una mirada a los documentos a los que accedió Página/12 para recordarlo. El 20 de enero de 2001 recibió un pago inicial de 100 mil dólares, autorizado por Jean-Marie Weber, el presidente de la luego fallida ISL, la compañía que por más de dos décadas manejó el marketing de la FIFA, y por Hans–Peter Weber, otro ejecutivo de la firma investigado por fraude. El 4 de mayo de 2000 se le depositó un pago complementario de 30 mil dólares. En su descargo, Leoz, miembro del Comité Ejecutivo de FIFA, aseguró no haber integrado nunca la Comisión de Finanzas ni la de Asuntos Económicos del organismo y que, por lo tanto, mal podría haber entrado en negociaciones. Pero, entonces, ¿por qué el dirigente figura en la pista de pagos de sobornos de ISL?

Leoz lleva casi veintidós años al frente de la Conmebol. Su vocero Néstor Benítez no cesa de afirmar que el escándalo “es un caso cerrado” de manera unilateral en la Conmebol. La legislación suiza, bajo cuya jurisdicción cae el accionar de la FIFA, suele ser benévola con los dirigentes deportivos, que no por casualidad establecen las sedes de sus organizaciones en ese territorio: la FIFA en Zurich, la UEFA en Nyon, el COI en Lausana, lo mismo que la Federación Internacional de Vóleibol del sospechado Rubén Acosta, y la Federación de Básquetbol, en Ginebra.

En el cantón de Zug no están juzgando a Leoz, porque a los jueces del caso ISL –Carole Ziegler, Stephan Dalcher y Marc Siegwart– sólo les interesa probar si hubo fraude, si los seis ejecutivos de la quebrada compañía sacaron indebidamente dinero de la compañía –un saqueo que supera los 130 millones de dólares—; no si lo utilizaron para pagar sobornos. Si les interesara, podrían llamar a declarar al dirigente paraguayo: ayer estaba ahí nomás, en Zurich, en la reunión de Comité Ejecutivo.

En mayo de 1999, ISL depositó 38 millones de francos suizos en la cuenta de la fundación Sunbow del banco LGT de Liechtenstein. Sunbow, con sede en las Islas Vírgenes Británicas, era controlada por la Fundación Nunca. Por supuesto, Nunca era propiedad de ISL. De esos 38 millones, 211.625 francos fueron a parar, según el magistrado suizo Thomas Hildbrand, que instruyó la causa, a manos de Leoz. El juez Siegwart dio por cierta esta evidencia en la audiencia del martes.

En esa lista comprometedora, Leoz no figura precisamente en buena compañía. El 23 de diciembre de 1999, acaso para permitirle organizar una buena cena de Navidad, Hans-Peter Weber depositó 10 mil dólares a nombre de Muhidin Ndolanga, por entonces presidente de la Federación de Fútbol de Tanzania. Ndolanga era tan corrupto que en 2004 la misma FIFA pidió que fuera depuesto de la Federación, pese a haber ganado una reelección. Leoz y Ndolanga son los únicos dirigentes del fútbol que aparecen en esa lista de pagos.

¿Qué sucedió con ese dinero? Quien fuera liquidador de ISL hasta 2005, Thomas Bauer, presionó oportunamente a ciertos dirigentes deportivos para que devolvieran el dinero de las coimas y abrió una cuenta (escrow nº 1/weber) para que depositaran allí ese dinero. Sorprendentemente, Peter Nobel, el abogado del ex titular de ISL, devolvió parte de las coimas. Nobel llegó a un acuerdo con Bauer para pagar 2,5 millones de francos suizos y terminar con los reclamos. Nobel representó legalmente también al titular de la FIFA, Joseph Blatter. ¿De dónde vino el dinero que el abogado devolvió? Nobel se negó a revelarlo y la Corte Suprema de Lausana, la máxima instancia judicial en Suiza, lo respaldó. Según Hildbrand, el dinero vino, directa o indirectamente, de los fondos de la FIFA.

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Nicolás Leoz, por dos.
 

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