Fue empate, pero muy distinto al del domingo. En el Mineirao, ante Brasil, la Selección Argentina se plantó muy firme y estuvo muy cerca de ganarle a un pálido Brasil, que tuvo muy pocas chances y se fue abucheado por su gente. De esta manera, el equipo de Alfio Basile mejoró su imagen y mostró mucha personalidad para sacar adelante el encuentro.

La Selección salió dispuesta a hacerse fuerte para después jugar el partido. La idea original de Basile fue meter en cancha a Jonás Gutiérrez, para sorpresa de todos, con dos misiones. La primera, defensiva, fue oponerle un jugador rápido a Maicon, principal salida del conjunto de Dunga. Y la segunda, pensando más en el arco de enfrente, fue buscar el desborde, para darle una preocupación extra al lateral rival.

La jugada táctica le salió bien al entrenador. Porque controlado el jugador del Inter, el resto de Brasil se tornó un equipo previsible, no tan difícil de neutralizar. Salvo la habilidad a cuentagotas de Robinho, el resto no se salió del libreto. Entonces, con el tándem Mascherano-Gago en el mediocampo y hasta con la colaboración de Riquelme en ese rubro, Argentina cumplió con su primera premisa. Se afirmó en ese sector, jugó lejos de Abbondanzieri y pasó pocos sobresaltos. El único problema se le planteó a las espaldas de Zanetti, donde Brasil buscaba lastimar con pelotazos cruzados, aunque fueron más insinuaciones que chances concretas, y algo de duda en las pelotas paradas.

Con la mitad del trabajo cumplido, el déficit argentino se produjo del medio hacia adelante. Como los volantes pasaron poco y cada uno por separado, los atacantes lucharon siempre en inferioridad numérica. Es cierto que durante varios pasajes se logró una buena circulación de pelota. Pero también ese toqueteo tuvo más utilidad como método de defensa que como una real ambición ofensiva.

Entonces, con ese panorama, el resultado en llegadas en la primera parte fue 2-2. Los locales se arrimaron con un rebote afortunado que le cayó a Julio Baptista, pero que Abbondanzieri neutralizó con una espectacular doble atajada y con una corrida de Robinho en la que eludió al arquero, pero, sin ángulo, ni siquiera alcanzó a rematar. Del lado argentino, la primera fue un cabezazo débil de Cruz a las manos de Julio César tras un centro de Gutiérrez y una llegada libre de Messi, que el delantero dilapidó con un zurdazo mordido.

El panorama del partido no cambió en el segundo tiempo. Más aún, con el correr de los minutos, la Selección fue sintiéndose cada vez más cómoda con el desarrollo. Además, Riquelme apareció cada vez más determinante en el juego, tanto para manejar la pelota como para asistir de primera a Cruz, pero el delantero remató alto desde una posición inmejorable. Un rato más tarde, la posibilidad estuvo otra vez en los pies de Messi, tras una buena gambeta, pero de nuevo su zurdazo salió mordido. Y después lo tuvo Riquelme luego de otra buena acción del delantero de Barcelona, pero el derechazo del volante fue fácil para el arquero Julio César.

Lo de Brasil fue pobre. Sin juego colectivo, sus incursiones se limitaron a pelotazos, a dividir o maniobras individuales. Por eso, Abbondanzieri se cansó de descolgar centros y apenas tuvo que revolcarse en serio con un disparo de Baptista. Por eso, los torcedores pedían a los gritos la salida de Dunga, que en el colmo de su confusión sacó a Diego, que había ingresado unos minutos antes por el lesionado Anderson.

Sobre el final, cuando parecía que Argentina tenía más resto, Basile expresó su conformidad con la entrada de Battaglia por Riquelme. Igual, en la última jugada del partido, Messi lo pudo ganar, con un zurdazo que tapó el arquero y otro que se fue alto. Hubiese sido un lindo broche para una muy buena actuación.

0- BRASIL

Julio César; Maicon, Lucio, Juan, Gilberto; Gilberto Silva, Mineiro, Anderson, Julio Baptista; Robinho, Adriano.

DT: Dunga.

0- ARGENTINA

Abbondanzieri; Zanetti, Burdisso, Coloccini, Heinze; Mascherano, Gago, J. Gutiérrez; Riquelme; Messi, Cruz.

DT: Alfio Basile.

Estadio: Mineirao (Belo Horizonte).

Arbitro: Oscar Ruiz (Colombia).

Cambios: 34m Diego por Anderson (B); 67m Agüero por Cruz (A); 70m Luiz Fabiano por Adriano (B); 79m Dani Alves por Diego (B); 83m Battaglia por Riquelme (A); 90m Palacio por Messi (A).