Jueves, 19 de junio de 2008 | Hoy
EL PAíS › DESPUéS DEL MULTITUDINARIO ACTO EN PLAZA DE MAYO, EN EL GOBIERNO EVALúAN EL PASO LEGISLATIVO
La convicción de que el envío del proyecto de ley al Congreso para debatir las retenciones móviles transfiere la discusión a ese ámbito y la satisfacción porque “hubo mucha gente suelta” en el acto primaron en el análisis oficial.
Por Daniel Miguez
Más allá de las felicitaciones de rigor a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y las autocongratulaciones por la masividad del acto, anoche había dos temas que dominaban las charlas post-acto y sobre los que en el centro del Gobierno se emitían señales de satisfacción. Uno, el efecto positivo que, en líneas generales, tuvo la decisión de enviar al Congreso el proyecto de ley sobre las retenciones móviles. Otro, la gran cantidad de manifestantes que fueron a Plaza de Mayo al margen de las estructuras partidarias.
La Presidenta llegó de Olivos junto a su esposo Néstor Kirchner, a las 16. Saludó a los gobernadores, legisladores y ministros que la esperaban en la antesala de su despacho y a las 16.15 ya estaba arriba del escenario, donde alcanzó a saludar a Horacio Fontova e Ignacio Copani, que habían cantado antes, y a Alejandro Dolina, uno de los invitados especiales, junto al conductor Matías Martin (abajo del escenario también pudo verse al actor Raúl Rizzo). En ese breve encuentro con los funcionarios comentó cómo la golpeó la noticia de la absurda muerte del joven tucumano de 21 años, Carlos Marriera (ver aparte).
Uno de los gobernadores ausentes en el acto fue precisamente el tucumano José Alperovich, que regresó a Tucumán para llevar los restos del muchacho y acompañar a su familia. A nadie extrañó los faltazos del cordobés Juan Schiaretti y del chubutense Mario Das Neves, ya que lo habían anunciado a los cuatro vientos. En cambio generó corrillos la silla vacía que dejó el gobernador de Salta e integrante de la mesa chica del PJ, Juan Manuel Urtubey. En el Gobierno se ocuparon de espantar fantasmas. “En Salta hay cortes de ruta y un gran desabastecimiento. No era conveniente que dejara la provincia para venir al acto”, explicaron. Urtubey distribuyó luego un comunicado expresando “todo nuestro apoyo y respaldo a la Presidenta”. Del resto del elenco estable del oficialismo no hubo deserciones, incluido Luis D’Elía, quien había recibido críticas por sus explosivas declaraciones del propio Kirchner.
Después del discurso y de bajar a saludar a la gente que se apretaba contra el vallado, la Presidenta regresó a su despacho donde la esperaba la cantante Mercedes Sosa. Había escuchado el discurso por radio en el auto que la llevó a la Casa Rosada, pero no quiso ir al escenario –dijo–- para que no la afectara el frío. Ambas mujeres se abrazaron y la tucumana le hablaba en voz baja mientras la Presidenta agradecía.
La Presidenta después despidió a su marido y volvió al trabajo, ya que tenía por delante varias audiencias, entre ellas una con los gobernadores de San Juan, José Luis Gioja, y de Mendoza, Celso Jaque. Con ambos habló de futuras medidas específicas para la economía cuyana.
En las cercanías del despacho del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, centro obligado de reunión después de cada acto, se evaluaba la jornada. Sobre la decisión de enviar al Congreso el proyecto de retenciones móviles había un clima de alivio, basado en la certeza de que ahora las presiones de la oposición y de las cámaras agropecuarias pasarán a sufrirlas los diputados y senadores.
En la cúpula del Gobierno le afirmaron a PáginaI12 que no tienen duda alguna de que las retenciones móviles serán ratificadas porque en el Senado el oficialismo tiene una mayoría abrumadora y en Diputados, con mucho menos, igual cuenta con número suficiente. Algunos ponen en duda la supremacía oficialista en la Cámara baja para esta parada, porque creen que habrá diputados de las provincias con mayor perfil agroganadero que podrían votar en contra o no votar. “Igual nos dan los números”, repetían.
No sólo ponían en la columna del haber los beneficios políticos de la medida anunciada el martes por la Presidenta, sino que le daban casi tanto valor como al punto anterior, al hecho de que ahora la Corte Suprema tendrá una herramienta fundamental frente a los amparos que ya comenzaron a presentar los ruralistas. Que estuviera en discusión si los derechos de exportación son un impuesto o no, ya generaba un signo de inquietud. Porque si se considera un impuesto debe ser aprobado por el Congreso. Ahora, si el Congreso aprueba las retenciones móviles, se elimina un argumento sustancial de las demandas judiciales.
El segundo ítem de los comentarios fue que a nadie le pasó inadvertida la gran cantidad de gente “suelta”. “Mucha gente de clase media, mucha más que en otros actos que hicimos, que no cantaba la marcha, ni se sumaba a las consignas, pero que estaba ahí y aplaudió el discurso de Cristina.”
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