El frente de optimismo quedó públicamente resquebrajado cuando, al pie del avión que lo llevó a Japón, Sergio Batista, el DT de la Selección olímpica de fútbol, admitió sus temores de que Lionel Messi no pudiera finalmente sumarse al equipo en la defensa de la medalla de oro lograda por la Argentina en Atenas 2004. Su preocupación aumentaba por el hecho de que los demás jugadores viajarán sin tener confirmación de que el rosarino se les unirá en territorio japonés para jugar el amistoso del próximo martes ante el combinado local. En la AFA confían en que Messi finalmente se sumará al plantel, pero la tensión que le imprime el Barcelona al asunto hace dudar, ahora, sobre el momento en que eso sucederá. El jugador continúa en Saint Andrews, Escocia, participando de la pretemporada del equipo catalán.

La AFA le mandó a Messi un pasaje a Japón para que se desplace, pero la fecha está abierta. El futbolista insiste en su voluntad de sumarse al conjunto de Batista, pero para no romper lanzas con el club se unió a la pretemporada en Escocia después de que el nuevo entrenador, Pep Guardiola, lo reclamara con insistencia. Messi prolongó su concentración en Saint Andrews “tras recibir el club la autorización de la AFA” y “hasta que una decisión” sea adoptada por la FIFA, dijo ayer un portavoz del Barcelona.

El papel de la FIFA también está en tela de juicio. Aunque Julio Grondona sea, además del presidente de la AFA, el vice de la FIFA, su actitud de cautela en esta situación revela hasta qué punto la entidad máxima del fútbol mundial no cuenta con las herramientas necesarias para asegurar la presencia del jugador. Lo que existe es una reglamentación basada en usos y costumbres instauradas a partir de los Juegos de Barcelona de 1992, por la cual los jugadores de menos de 23 años, como en este caso, son liberados por los clubes.

Incluso los catalanes invocan una declaración del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, quien aseguró que serían “condescendientes con los clubes que afronten partidos de la previa de la Champions League y que sean contrarios a una cesión”, una declaración controversial en relación con la que el mismo Rogge formuló el fin de semana pasado, sobre la imposibilidad de utilizar, en ese período, a jugadores que no fueran cedidos para los Juegos.

La posibilidad que aparece por el momento como más factible de ser aceptada por ambas partes, ahora que queda claro que el Barcelona no se conmueve aunque lo conminen la FIFA y el COI, es la negociación en la que tanto la AFA como el club –y el jugador– ceden una porción de terreno. En la AFA admiten que “esto llevará un tiempo de negociación”. Crece la idea de que Messi se incorpore al equipo argentino recién después de que Barcelona juegue su primer partido en la ronda clasificatoria de la Champions League, que se disputaría el 12 o el 13 de agosto. De esa manera, estaría en Shanghai –sede de la competencia olímpica de fútbol– recién después de que la Argentina haya culminado su participación en el Grupo A, que se cierra el 13 de agosto frente a Serbia. Se supone que la Selección pasará la primera ronda...